Males navideños – males sanfermineros 3


El otro día en la prensa local me topé con un artículo que decía “El empacho, el resfriado y la resaca son las dolencias más habituales en estos días”. Nada nuevo que no sepamos ya.

Algunas de estas consecuencias también son propias de nuestras queridas fiestas sanfermineras, sobre todo la tercera de ellas, la resaca, causada como todos sabemos por las bebidas alcohólicas. En ese mismo artículo se decía que según la Organización Mundial de la Salud, la única forma de evitar que el alcohol perjudique nuestra salud es evitar por completo su consumo. Sabias palabras. Podían ser menos aguafiestas y decir que se realizara un consumo moderado del mismo, o algo así.

Por otro lado los tragantuas pueden sufrir el empacho tras un día típico de almuerzo, vermut con fritos, comida en cuadrilla, merienda en los toros, etc… Para mí esto es lo que más difiere respecto a los sanfermines, donde son habituales las acideces de estómago o las propias diarreas en vez de los empachos navideños.

Finalmente, nadie está exento de sufrir, conforme avanzan los sanfermines, un resfriado, o catarro de verano, afonía, faringitis o similares, causadas por el exceso de fumeterreo, los dichosos hielos, el cambio de temperatura entre los bares y peñas y la calle en esos días de chaquetica tan habituales.

Lo que nos toca a partir de ahora es poner el cuerpo a tono para compensar los excesos navideños, o como dice nuestro profesor de gimnasia “el lastre mazapanero”. Verduritas, frutas, pescados y carnes a la plancha, yogures y un poco de ejercicio es lo que nos recomiendan para estos días de enero, y estoy de acuerdo, pero poco a poco, que los cambios demasiado drásticos pueden resultar dramáticos. Además, habrá que dar salida a los turrones y mazapanes que han sobrado, que no está la vida para tirar comida a la basura.

Pues nada, que la cuesta de enero sea leve para todos y que el 2012+1 sea menos malo de lo que auguran algunos.


3 ideas sobre “Males navideños – males sanfermineros

  • pamplonudo

    Yo tengo un amigo que suele sufrir de los problemas estomacales que alguna vez amenazan con dejarlo postrado en la cama. Para saber si dichos problemas pueden con él tiene una máxima y un lema. Se levanta, se mira al espejo y se dice: » Si cago duro, salgo seguro.»

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