Y llegarán seres desnudos uniformados por el color de su piel y el galimatías de su lengua cuando alcancen esta costa habrán olvidado su lugar de procedencia el nombre de sus familias y las caras de sus hijos a sus oídos nuestros gritos serán como truenos ahuyentando los presagios más nefastos ellos con sus ojos llenos de interrogantes buscarán en las calles abarrotadas signos de distinción propios nada hallarán tan sólo el bullicio de miles de voces proclamando el comienzo de lo desconocido para sus mentes habitadas de otros paisajes mas nada entenderán y sus miradas irán de lado a lado de la calle en espera de alguna respuesta quién será el afortunado que la sepa dar decirles que sus penurias deberán esperar ocho días más atónitos observarán el derroche de su bien más necesario en silencio intentarán seguir otro camino el que los ha conducido hasta esta ciudad en esas fechas se pierde en mil y un vericueto cuyo final es siempre el mismo lugar.