MICRORRELATOS PRESENTADOS EN LA V EDICIÓN DEL CERTAMEN


Palabras para cantar la fiesta

 

En medio de un pequeño momento que nació para ser distinto, empecé a escribir esta pequeña historia, por supuesto verdadera querido lector, esta es la España de 2013, la España de la crisis, no quedan muchas bromas por hacer. Hace un tiempo que yo estaba cambiando, y salvo recursos literarios creo que en realidad casi nunca es así sin más, esta no es una excepción y al igual que la mayoría fue un proceso lento. Leí hace años: “el ser humano es un animal que vive persiguiendo metas”. Podría parecer una trivialidad pero no lo es, nos define, vivimos buscando, anhelando, tratando de alcanzar y eso ni es, ni fue, ni nunca será. Ahora trato de soñar nuevas metas, si claro, añadir, eliminarlas no, no podemos dejar de ser lo que somos, negarnos a nosotros mismos sería tan vano como absurdo. Planto y riego una por una mis nuevas ilusiones para no angustiarme, no desesperarme, no amargarme, en una palabra, para ser feliz. Ahora mismo están brotando varias: una verbena, un paseo con Irene, un beso que llene varios segundos, el próximo Txupinazo… y… funciona.

 

Juan Antonio Veiga Gontán

 

 

Menos mal que fui de Erasmus

 

Javier, mi amigo de Erasmus de Pamplona, me ha invitado a pasar unos días después de aguantarle un año entero en Holanda diciéndome que sus fiestas eran las mejores del mundo. Como si no se hiciera lo mismo en el resto de las ciudades: beber, bailar,desfasar, ligar ( o intertarlo…). Aquí estoy sentado en la plaza de toros casi recién llegado de mi Salamanca natal entre mi amigo que lleva un gorro de flores ridículo y que se ha bebido como si nada tres cubatas en media hora y un tío que me ofrece chipirones que han pasado por las manos de media plaza. Además no le entiendo, y me agarra como si me conociera de toda la vida. Vaya, alguien me ha echado bebida encima. Aquí no ve nadie el espectáculo. La charanga me acribilla los oídos y el calor es sofocante, mis surcos de sudor son cada vez más evidente aunque por eso no llamo la atención. Tengo un tío delante vestido de Spiderman que canta e imita al héroe… no había que ir de blanco y rojo? Será que soy muy serio para esto. O será que nunca me lo había pasado tan bien como ayer y tengo una resaca horrible.

 

Juan Eguaras

 

 

Vivimos

 

Esta tierra, este sol, aquella fiesta, nuestra gloria, esa mujer esplendorosa, aquel otro hombre curioso, ese cielo diáfano, las comarcas alegres, las calles pobladas, aquel que ríe sin otras razones que honrar la vida, esta muchacha combinada en ropa, gracia y donaire, una ciudad, miles de pueblos, toda una cultura, esa espera de los años entre décadas inolvidables, nuestra pasión, la forma abrasadora del optimismo, este entusiasmo sin género, los ojos atentos, los cuellos ansiosos, los bares atestados, los toros. Vivimos, Fermín, como nunca.

 

Mauricio Runno

 

 

PERDER LA CABEZA

 

Entonces comprendió san Saturnino que aquella proverbial elocuencia suya, aquel poder de persuasión, desencadenaría a partir de ese momento el que muchas más personas de las que se pudiera imaginar en un principio perdieran la cabeza por contagio, empezando por el santo Fermín, cuyo sacrificio regaría de pasión, de acaloramiento y de sangre los festivos pañuelos de Pamplona, que ya para siempre cada 7 de julio se agitarían llenos de júbilo y ebrios de esperanza, conjurándose contra el gélido mutismo de la muerte y su hálito denso que, por unos días, espera agazapado e impaciente a las puertas de la ciudad hasta que los latidos de los pañuelos dejen de acariciar las gargantas mismas de los sueños.

 

ENRIQUE ORTIZ AGUIRRE