MICRORRELATOS PRESENTADOS EN LA V EDICIÓN DEL CERTAMEN


“El Cumpleaños”

 

Mamá me dijo que existen los finales felices, y Yo le creó… … Hoy es mi cumpleaños, mamá y papá fueron a comprar un pastel, comida y otras cosas para adornar la casa, puesto que vendrá mucha gente a felicitarme. … Aún recuerdo mi último cumpleaños, tenía 8 años, fue increíble. … Ya estoy listo, me puse un traje azul, y una corbata de rayas azules con negras. Papá trajo a sus amigos de la oficina, y mamá invito a mis compañeros de clase, y a los vecinos. … Creó que el lugar donde estoy es hermoso, aunque extraño a mis padres y amigos. … Se escuchan balazos, hay soldados y gente armada, disparando; el caos está presente, y no veo a mis padres. … Dicen las enfermeras, que mis padres están muertos y que estoy en el hospital. … Me han disparado, y me duele la pierna, además hay un olor desagradable y mucha sangre. … Estoy seguro de que pronto veré a mis padres, lo único que me preocupa son mis amigos, ya que desde que comenzó la guerra no los he vuelto a ver. … Daniel, pasó tres días en el hospital. Murió al cuarto día, con una sonrisa.

 

José Carlos  Jiménez Ramírez

 

 

LA CARRERA

 

Eran las ocho cuando voltearon las campanas de San Cernín, le siguieron dos estallidos y un alboroto de voces y canto. Me asomé, cientos de cabezas se arremolinaban junto a unas barreras, iban vestidos de blanco con un toque encarnado en el cuello. Se notaban nerviosos, ansiosos. Comenzaron a correr y pensé que sería divertido entrar en ese juego. Avanzábamos por callejuelas donde nos íbamos rozando y empujando, algunos caían y rodaban hacia unas vallas, otros simplemente se encogían y se quedaban quietos mientras los demás saltábamos por encima o le pisábamos ante la aterrorizada mirada de meros espectadores. Durante el recorrido creí reconocer, el ayuntamiento, la iglesia de Santo Domingo, el casco viejo… La calle Estafeta. Justo en esa curva, la de la Mercedes, resbalé, mi cabeza dio contra uno de los cercados, me sentí aturdido y note como unas manos me ayudaban a incorporarme y rápidamente emprendían de nuevo la carrera. Un poco tambaleante decidí continuar por orgullo y curiosidad. La recta final terminaba en un corto túnel que daba a un enorme coso de arena. Fue allí cuando vi a mi madre y mis hermanas esperándome, que con cencerros en su cuello me llamaban para entrar en casa.

 

Mª Belén Mateos galán

 

 

Primer Encierro

 

-Hola, ¿Cómo va eso? -Bueno, bien. -¿Es tu primer San Fermín? -Sí, ¿tanto se nota? (Sonríe discretamente el interpelado) -Sí, tienes la mirada. -¿Mirada? ¿Qué mirada? -Pues esa mirada de desconcierto, emoción, alegría y un puntico de miedo. -¡Yo no tengo miedo! -Quizá lo expresé mal… Inquietud sería más acertado. ¿De dónde venís? – De un pueblito andaluz. He venido con mis hermanos. Nunca había visto tantas personas juntas. ¡Hay un gentío impresionante! – Pamplona estos días es el centro del mundo y además hoy comienzan los encierros. ¿Dónde os alojáis? – Aquí, en la Rochapea. Oye, ¿es mi impresión o todo el mundo nos está mirando? – No es por nada, pero dais el cante un rato… -¿En qué, si se puede saber? – Pues…tus hermanos y tú, todos tan morenos, tan de campo, tan…bastos. – ¡Ea! ¿Todo el mundo por estos lares es tan simpático como tú? -(Se ríe) No te enfades. Observa el espectáculo: el cielo pintado de rojo por los pañuelos de los mozos. Y escucha qué bellos cánticos… -Precioso…¡Mira, están abriendo la valla! Se acerca un pastor, pero… ¿Qué demonios hace? ¡Está vareando a mis hermanos! ¡Deprisa, corred, hay que salir de aquí, vamos!

 

Jesús  Zaplana García