Las Doce
Sol sin pegarme de frente que me nublas correr de la sombría cornada que a letras contaba un tal Ernest de vez en vez ,pero sin prisas dirían los miedos sabios de un trovador mientras vuela un chupinazo yace mi pierna en temblor,aspiro verte mas no de lejos en mis oníricos versos que no son mas que de poder correr lejos de estos líricos presos, perseguido por ti cuernos en zozobra de poderme romper.
Luis Román Bernal Rosas
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Seis y media
La música suena por todo el graderío. Pamplonicas que cansados de una mañana de carreras ante los afilados cuernos de los morlacos, celebran el triunfo de la vida cantando alegres salmodias mientras el espectáculo comienza. En el ruedo surgen, a los sones del pasodoble que compite con «la chica yeyé» que interpreta el respetable, los tres espadas que habrán de enfrentarse a los toros, que esta mañana tan de cerca han visto los que esta tarde hacen fiesta en los tendidos. Aparece el toro, música suena. Lección de simetría al viento por lances de capote al quite. Sangre que brota como tributo al arte de un buen par de banderillas. Misterio de antigua fiesta, de lucha entre la razón y la estética contra el instinto y la bestia. Suena un ole, pase natural y derechazo, pase de pecho y trinchera, van engañando a la bestia. «Pero sigo siendo el Rey» claman las peñas y logra hacerse un silencio cuando la muerte ya se apresta. Estocada hasta la bola, de premio las dos orejas, vuelve a celebrar Pamplona, la victoria de la vida y la esencia de su Fiesta.
Alberto Vázquez Gaitán
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SENTIMIENTOS
Estoy a punto de salir a correr y muy nervioso.¡Toda mi vida esperando este momento! Mi padre estaría orgulloso de mi si me viera… No sé si lo haré bien pero tengo que sacar todas mis fuerzas para no caerme; ya que las calles están mojadas, aunque no ha llovido. Todos están a punto, con sus trajes blancos, el pañuelo rojo y muchos con un periódico. La verdad, es que es impresionante el ambiente. Son las ocho de la mañana y se abre la puerta; todos salimos corriendo. ¡Hay gente por todos los sitios! ¡Nunca había visto nada igual! No sé si tengo miedo o es euforia, pero es un sentimiento inexplicable. En cinco minutos llego a la plaza y allí el griterío es ensordecedor. No sé para donde ir y comienzo a dar vueltas. Mientras, mi cabeza no para de pensar qué va a pasar ahora. Nadie me ha explicado nada. Ahora que pienso…¡nadie ha vuelto! Pronto me doy cuenta de todo; ¡soy el toro! la estrella de la fiesta y por los que todos vibran. Moriré, lo sé, pero con orgullo de toro. Lucharé hasta el último segundo de mi vida. Por ti papá. ¡VIVA SAN FERMIN!
Mª VICTORIA GARCIA MUÑOZ
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Una chica llora
Hoy sí, hoy es el día, no puedo esperar más. En Pamplona ya se sabe, solo en Sanfermines y Nochevieja. Y en Nochevieja estuvo tan cerca… si no hubiese sido por el imbécil de Vidal. A saber dónde andará ahora. Tampoco me importa. Y pensar que esta mañana hayan corrido el encierro por esta calle… Justo aquí se ponen los guardias. Pero es que no sé cómo entrarle. ¿Qué le puedo decir que no parezca un idiota? Seguro que me dice que no. Anoche miraba mucho a Mikel. No sé qué le ve, además Mikel está liado con otra. Si supiera dónde estaba ayer esa… Esta cuesta es eterna. El nombre de esta iglesia le viene al pelo. Debe ser el olor. Huele hasta por encima del kalimotxo, o eso parecía ayer. Me dijo que era el champú. También, mira que preguntárselo, ¡y lo qué me costó! Total, para lo que me sirvió. La música tampoco acompañaba mucho. Espero que hoy pongan algo mejor. Barquilleros, nunca me acuerdo del nombre de esta calle. ¿Esa es ella? No puede ser… ¿Y con quién?… No. Él no. Él no. No puede ser él. La multitud se acerca y murmura. Aparte, en una esquina, una chica llora.
Ander Rojano Uriarte
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