MICRORRELATOS PRESENTADOS EN LA V EDICIÓN DEL CERTAMEN


San Fermín

 

La gritería estremece la plaza y el ánimo de la multitud. El chupinazo, desde el balcón de la Casa Consistorial, marca el inicio de los festejos y la carrera en fuga comienza. Desde los corrales de Santo Domingo, los sanfermines cruzan las calles con el pánico y la emoción reflejados en sus semblantes. Detrás de ellos, seis imponentes toros y ocho cabestros corren en su persecución, azuzados por los pastores y alentados por el olor a sangre de los caídos, los que buscan protegerse, abrazados, temiendo una nueva embestida, la cornada final. La masa cruza las calles y se convierte en marea blanca, nube de pañuelos rojos como heridas en lienzo azul, verde de pastores en la retaguardia. En los balcones, la muchedumbre se asoma, se estremece y tiembla ante la gritería de quienes huyen ante la estampida. Los astados alcanzarán su objetivo: Calle San Nicolás, Mercaderes, Estafeta, Telefonía, Plaza de Toros. Menos de 850 metros, cuatro minutos de angustia que se vuelven eternos. Cuando los toros pasan, el Ángel de la Muerte yace pisoteado en medio de un charco de sangre. La noche avanza, las calles se llenan con los versos de una cancioncilla: Pobre de mí.

 

Juan Carlos Galván Vela

 

 

Tijeretazo

 

La situación actual de la comunidad foral de Navarra no es la más idónea. Tras los últimos recortes en materia de sanidad, educación y ayudas a la dependencia, el gobierno navarro estudia nuevas fórmulas para ajustarse a las exigencias de Bruselas. La intención es clara: reducir el déficit en un 0,7%. Un porcentaje que exige mucho sacrificio. Aun así, la administración no tira la toalla y hará todo lo posible para satisfacer los deseos de Ángela Merkel y el Banco Central Europeo. Para tratar de solucionar las cosas, el gobierno foral ha invitado el próximo 7 de julio a todos los desempleados, jubilados, funcionarios e indignados de la comunidad a que acudan en masa a Pamplona. Bajo el lema busquemos una solución conjunta y, coincidiendo con las fiestas de San Fermín, pretenden idear políticas que nos saquen de la crisis. En apariencia puede parecer un ejercicio de democracia, pero no se fíen. Según ha podido saber este periodista, el ayuntamiento, presionado por la troika, ha decidido soltar los toros por las calles, pero sin avisar. Luego, para continuar disminuyendo el gasto del estado, ya se verá qué otras medidas adicionales adoptan. Seguiremos informando.

 

Rubén Gozalo Ledesma

 

 

CARRERA DE TOROS

 

En el paroxismo que le producía su participación en el evento, corría gozoso, lleno de emoción delante de las bestias. Cruzaron la calle Roncesvalles, doblaron por la avenida y frente a la casa de la Manola, miró hacia arriba para verla envuelta en su pañoleta de flores bordadas sobre negro y la altiva peineta aguantando el moño. Ahí mismo fue cuando el toro más bravo le tiró la primera cornada que lo tumbó al suelo. Siguió embistiendo, enredando las pezuñas, bufando con rabia taurina. “Uuuhhh…” rugió la muchedumbre ebria de sangre. Pero él se incorporó, y de un salto trepó por el barandal para salvar la vida. Desde allí, sudoroso, exaltado y hecho un ripio, miró cómo se fue alejando la corrida. Su novia le gritó desde el balcón: ¡Cornelio, cúbrete las nalgas!

 

Ana Kika Lopez