MICRORRELATOS PRESENTADOS EN LA V EDICIÓN DEL CERTAMEN


Aquella noche del seis al siete

 

Era un siete de julio cuando lo vi. Ya no me acuerdo bien de su cara, pero tenía los ojos negros y era muy guapo. Serían como las tres o cuatro de la mañana cuando nos conocimos junto al vallado y el tiempo hasta el encierro voló demasiado de prisa. La noche se convirtió en el día con la copa en la mano y la luz nos recibió todavía con ganas de bar, de borrachera y de bullicio. A esa hora en que se pierde la magia de las noches demasiado rápidas, cuando la cerveza y el vaso de plástico dejan paso a las calles mojadas y de repente todo está sucio. Aquella noche que se convirtió en día sin embargo no se llevó consigo la magia. Hacía ya horas que nuestros amigos habían desaparecido, los suyos estarían durmiendo en la camioneta que les había traído desde Barcelona, y las mías estarían en su casa, con sus madres haciendo ruido para ver si se levantaban a comer… No sé si no pasó nada o si pasó todo aquella noche del seis al siete. Yo tenía novio y no quise cambiar teléfonos, él se iba al día siguiente. Tampoco existía facebook…

 

Silvia Ansorena Coyne

 

 

63 días

 

63 días. Y seguro que ya van sintiendo morriña. Uno, de su Asiático. Otro, de su Zaldiko. Son muchos años bailando, girando entre aplausos y provocando gritos, carreras y risas a vergazo limpio. Años de complicidad con madres, padres y abuelos, cayéndosenos la baba ante la imagen de las alpargaticas de nuestros pequeños intentando acompasar el ritmo frenético del Gigante bajo su faldón y la carita al salir, con esa mezcla de emoción y temor y una sonrisa de oreja a oreja sintiéndose los más importantes del mundo, hasta que un vergazo en el culo les devuelve al mundo real. Y esas lágrimas del día 14, en la antigua estación de autobuses, quedarán como recuerdo de tantos y tantos momentos de felicidad, momentos que nunca os podremos agradecer lo suficiente, salvo con nuestra eterna amistad. Gracias Javier. Gracias Emilio

 

Mari Carmen Apezteguía García

 

 

ROJO OBSESIÓN

 

Lo ha divisado bajo la corta melena rubia, y no puede quitar los ojos de él. Rojo intenso, rojo sangre; así es el pañuelo que lo ha trastornado. La chica corre ajena a la mirada de deseo y odio. Él con sus 560 kilos, bufa y mueve con ímpetu la cornamenta, mientras los obstáculos se retiran raudos y ágiles. El sudor se desliza por el negro pelaje, y en sus ojos únicamente el reflejo de esa tela carmesí. A escasos doscientos metros de la plaza, consigue acorralarla. Queda quieto, resoplando con vigor y ajeno al vocerío. No ve la cara de terror de la joven, ni sus gritos de histeria. Tan solo un tirón en el rabo consigue sacarle de su obsesión; pero no antes de arrancar limpiamente del tembloroso cuello, su ansiado trofeo.

 

TERESA FRÍAS DELGADO

 

 

LEONES NEGROS

 

ME PARE, MIRE AL FRENTE, SOLO VEIA,UNA AVALANCHA BLANCA,CUBIERTA DE UN RIO ROJO, Y YO ALLI, PARADO, LOS SEGUNDO ME PARECIERON HORAS, Y SIN APENAS DARME CUENTA, ME ENCONTRE, COMO UN CLADIADOR EN MEDIO DE LAS ARENAS DE UN CIRCO ROMANO, RODEADO DE LEONES NEGRO.

 

MARIA JOSE RIVAS ORTEGA