Finalistas del I Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín 5


Para que todos podamos seguir disfrutando de los magníficos microrrelatos que habéis tenido a bien escribir hoy podéis leer los siete microrrelatos finalistas que acompañaron a los tres ganadores publicados ayer.

4º clasificado: BIG BANG SANFERMINERO, de David Vital

El murmullo de la masa era ensordecedor. Mi cuerpo convertido en plastilina, moldeado por la presión que ejercían en mí las personas situadas alrededor. El aire era tangible, se podía tocar el aroma a tanino que desprendían las botellas que se descorchaban de mil en mil. Era seis de julio y el reloj palpitaba lentamente hacia las doce, hora en la que comienza el año navarro.  Allí, en ese escenario tan rocambolesco, intercepté tu mirada. De repente, una mano golpeó mi cara alzando el pañuelico con fuerza. Oí el alma de la concejala gritando. La emoción comenzó a encender  la mecha  del nervio más alejado de mi pie. El cosquilleo recorrió mi pierna y ascendió rápidamente  sincronizado con  el sonido del cohete que conquistaba el cielo.  Recuerdo un «impasse» en el tiempo. Un microsegundo de incredulidad me invadió. El «big bang sanferminero» comenzaba. En ese instante otra vez tu mirada entre las estelas de la gente. Después llegó el estallido, una onda expansiva de gozo, placer y jolgorio envolvieron mis entrañas. La inercia y la deriva  me arrastraron hacia ti. Esta vez no naufragué, te agarré, te besé y desde entonces nuestro aniversario se viste de blanco y rojo.

5º clasificado: ESE AFORTUNADO TRAPO ROJO, de José Francisco Alenza

No tenía que haberse metido. Nunca se llega a tocar fondo. Siempre se puede empeorar. No tenía que haberse metido. Ahora sabía, entre los bufidos y las babas del Jandilla, que había sido un tremendo error. Que la malísima racha que arrastraba desde hace tiempo no había terminado. O que podía terminar ahora entre esos puntiagudos pitones.

La crisis le había dejado sin trabajo y sin piso. Carlota le había abandonado. En ello pensaba mientras trataba inútilmente de zafarse del Jandilla. Oía y veía los intentos de los mozos por llevarse al animal. Pero éste insistía en golpearle. Resignado y agotado se abandonó a su suerte…

De repente notó que se teñía de rojo la sombra de la bestia. Y al instante siguiente se vio libre del monstruo y levantado por los mozos.

Todos le felicitaron por su suerte. Era increíble que sólo tuviera rasguños. Pero más increíble era que nadie hubiera visto el trapo rojo -blusón o jersey- que se llevó a Afilador. Tampoco en la tele ni en las fotos se veía ese trapo rojo. Pero él lo notó y lo sintió. Y ahora iba a la iglesia de San Lorenzo a dar gracias por su buena suerte.

6º clasificado: A BUEN ENTENDEDOR…, de Uxue Etxebeste

Las doce menos cinco.  El pañuelico en las manos. Cuatro minutos en la tele, de aglomeración patrocinada por pelotas gigantes regada con vinos flojos con burbujas. La respiración acelerada y el corazón en un puño.  Sudor en las manos de puro nervio. Aquellos pañuelicos de cuando era cría, que desteñían todo y acababa las fiestas con toda la ropa a corros rosas. La voz del locutor intenta explicar qué es la emoción.

¡Viva San Fermín! Gora San Fermin!

Un nudo en la garganta; una lágrima con sabor a distancia; un año más en otro sitio; unos sanfermines sin mí; un yo sin sanfermines; un PTV expatriado, hoy sí que soy de Pamplona; un «yo quiero estar allí»; otra lágrima, sabor kalimotxo, almuercico y bocadillo de ajoarriero en los toros; los pelos de punta en la procesión; un dolor de alma de salida de las peñas y yo aquí lejos; un ¡oh! al mirar los fuegos; un empacho de churros; un mareo de subir a la noria; un kiliki con mala uva; veinte euros en la tómbola y me toca un paquete de galletas.

Eso es mi emoción.

Pobre de mí. Del año que viene no pasa. Yo voy.

7º clasificado: CONFESIONES INSÓLITAS, de Consuela Dobrescu

Están a punto de volver a hacerlo. Lo noto en el aire. De nuevo adornarán mis fachadas con tapices extraños y pisarán sin parar mi piel, mis calles, embriagados por la euforia del ritual. No estarán sólo los de siempre, sino que traerán a hermanos de todos los colores. Me cantarán en mil idiomas, me recorrerán a pasos diferentes, me amarán de blanco y me llorarán con lágrimas de vino. Obrarán milagros: harán noche el día y día la noche. Se les detendrá el tiempo y se creerán eternos. Sacarán a mi joven obispo de Amiens de su descanso y lo adorarán como nadie más que ellos sabe adorar. Serán amables, atentos, descuidados y salvajes con él y conmigo. Jugarán traviesos con sus siervos, los astados, queriendo olvidarse de que ellos mismos sirven a Uno más grande que ellos. Se volverán niños, pensando que el mañana no existe y que la alegría reinará en su interior para siempre.

Lo harán porque tienen la certeza de que hagan lo que hagan, me llamen como me llamen, Pamplona, Iruña, Pampelune, yo les cuidaré en todo momento. ¿Cómo podría no hacerlo, si ellos son mi alma?

8º clasificado: LA REINA NEGRA, de Roberto Cormenzana

Todos se detienen y la última comparsa toca sólo para mí sus últimos acordes, y doy vueltas y más vueltas como un derviche a ritmo de polka de gaitas, y una estela roja y blanca que se come a sí misma se estampa en el azul cielo y en el gris de los adoquines. Toko-Toko me da la espalda pero mi corazón seguirá siendo suyo. Varios metros más abajo, la Japonesa está comiendo churros, y Caravinagre y Napoleón hacen de las suyas. Con el palo no, con la verga sí. Los niños valientes les plantan cara y se ríen, desafiantes. La chica relámpago me saca una foto y contempla absorta mi tocado de plumas doradas. ¿Estoy guapa? ¿Lo estoy? Hace ya más de siglo y medio, papá Tadeo, y todavía me emociono como el primer día. Las nenas y los nenes mozos, que logran no derramar lágrimas, me han regalado sus chupetes, que ahora cuelgan de mis manos. ¡Soy tan feliz, San Fermín! Nuestra magia se enrosca en mi danza giratoria y la gente me aplaude y me rinde pleitesía. Porque yo, Braulia, soy la reina de América.

9º clasificado: LA NIÑA DEL TAMBOR, de María Amaya Carro

Los recuerdos son extraños. A veces sólo se recuerda un olor, un sonido de fondo; otras, se trata de imágenes sueltas, fotografías inertes en las que uno se ve a sí mismo, como si el alma saliera de vez en cuando del cuerpo, se contemplara y retratara para almacenarse en la memoria.

Así, entre los pocos recuerdos que me quedan de la infancia, poco dada como soy a la nostalgia, hay una foto en blanco y negro de mi misma, vestida de blanco, con una faldita corta y tableada y el pañuelo oscuro (rojo, supongo) al cuello, armada con un tambor con dibujos de payasos y dos baquetas de plástico y rodada de una multitud a la salida de las peñas. De fondo, suena en la imagen el «txun-txun» y la algarabía. Y yo, tímida y agazapada entre toda aquella gente, me sentía tremendamente feliz.

Ahora que soy madre, vestiré a mi niña con una faldita blanca y un pañuelo rojo, le compraré el tambor, la trompeta o el globo de moda; y espero que dentro de muchos años, recuerde -como si de una fotografía se tratara- su imagen vestida de pamplonica,  un día de San Fermín, sintiéndose tremendamente feliz.

10º clasificado: MIEDO, de Ignacio Navarro

Las risas callan. Habla el silencio. Solo. Tercer día. Hoy sí. Te acercas a la curva. El sol te ciega un segundo. Rostro serio. Respiras despacio. Giras a la derecha. Veinte metros. Tu tienda. Te apoyas. Sueltas y atas la zapatilla derecha. Dos veces. El pastor calienta a tu lado. Te acuerdas del Santo. Cruzas miradas sin ver. Das un par de saltos. Disimuladamente estiras un poco el tobillo. Brazos en jarra. Sabes que no es por calentar. Son los nervios. El miedo. Mucho. Respiras despacio. Más profundo. Ya no puedes salir de ahí. Un cohete. Aguantas. Muchos corren. Aguantas. Segundo. Aún no. Aguantas. Te pones en el centro. Empiezas a moverte. Miras atrás. Todo se acelera. Los ves chocar. Gritos en los balcones. Ahora. Corres. Miras atrás. Corres. Te agarran. Empujas. Miras adelante. Corres. Te empujan. Te pasan. Ahí está. Uno. Solo. Detrás. Negro. Corres. Tres metros. Cuatro. Cinco. Un empujón. El suelo. Te tapas la cabeza. Quieto. Ruido. Más quieto. Te pisan. No sientes. Más ruido. Gritos. Un brazo te toca. Estás bien. Puedes levantarte. El blanco ahora es negro. No hay rojo. Jadeas. Llegas al vallado. Respiras. Caminas. Mañana volverás. Y de blanco. Y de rojo.


5 ideas sobre “Finalistas del I Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

  • pamplonudo

    Enhorabuena a todos.Mas vale que al final decidi no presentarme.Lo cierto es que todos tienen algo,pero a mi personalmente el que mas me ha llegado de estos ha sido «CONFESIONES INSOLITAS».
    Aprovechar para disfrutar con estos relatos ,porque en breve volveremos con las txorradicas de siempre.

  • Porteñito

    Muy bonitos relatos. Me alegra saber que la gente querida sigue creando.
    El décimo me permitió recordar algo de esa adrenalina de aquello que una vez hice y nadie sabe. Gracias Ignacio!

  • Jaramillo

    Hola, he participado en el micro relato, y no he quedado seleccionado, yo se que en los concursos se busca y se premia al mejor según lo considere el jurado calificador, es por ello que necesito y pido gentilmente que ustedes los lectores, me asesoren en lo que se debe corregir, ya que estoy iniciando a escribir, y recibir sugerencias me es muy importante. juevesescondido@hotmail.com. Aquí se los dejo:

    – Editado por blogsanfermin.com –

    En este relato quise expresar no solo como una persona ciega, percibe la fiesta de san Fermín, sino también como nosotros debemos valorar y disfrutar nuestras fiestas que hacen que nuestros países sean únicos. Y como sur americano narre mi sentimiento de vivir las fiestas de san Fermín, sin haber estado en ellas, pero con la gran alusión de un día poder disfrutarlas. Gracias

  • festix Autor

    Estimado Jaramillo, el espacio dedicado a comentarios es un espacio de libre discusión pero no es el lugar adecuado para publicar, por lo que nos hemos visto obligados a editar tu comentario, cosa que nunca habíamos tenido que hacer hasta la fecha.
    Como ya hemos anunciado, los microrrelatos se irán publicando en las redes sociales habilitadas al efecto y en este mismo blog, por lo que podrás conocer la opinión de los lectores a su debido tiempo.

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