Museo del gazapo (I) 3


Sobre los sanfermines se ha escrito mucho, muchísimo, pero es innegable que la irrupción de Internet en nuestras vidas ha elevado exponencialmente el número de referencias a las fiestas. La consiguiente proliferación de escritos, entre los que se encuentra este humilde blog, nos puede dar grandes momentos de diversión. La libertad de que gozamos en Internet permite hablar de lo que sea aunque no se tenga ni la menor idea de lo que se está hablando.

Así que, periódicamente, iremos rastreando la red para disfrutar con inexactitudes, exageraciones, manipulaciones o estupideces que se hayan dejado plasmadas en relación con «la pamplonada».

Para abrir boca, no hay que irse muy lejos. La página de Iturnet sobre Navarra es digna de elogio, han sido pioneros en dar información sobre nuestra tierra. Desde aquí nuestra ovación. No obstante, hablando del problema de la masificación del encierro, dicen textualmente: «Pero la situación es sencillamente grave en el encierro. Las fotografías antiguas nos muestran quizá un centenar de corredores, o incluso menos. Hoy son quince mil o más, con el mismo número de toros, en el mismo recorrido, por las mismas calles, en los mismos pocos minutos«. Bien, para que nos hagamos a la idea es como si nos metiésemos en el encierro a correr todos los que bajamos al Sadar un domingo cualquiera a sufrir. Además, tal y como está escrito, parece decir que hay igual número de toros, es decir, quince mil… no sé, conociendo el recorrido no sé yo si cabe tanto bicho.

Sigamos con la web de Revista Ibérica, donde demuestran estar bien informados. Sin embargo, todavía no termino de comprender, cuando describen el txupinazo, que digan que las calles se tiñen de blanco y rojo, y sobre ellas, decenas de banderas enarboladas con fuerza tratan de anunciar un gran acontecimiento. No capto la escena. ¿Se referirán a los mocetes de las ikurriñas?

En cualquier caso, lo que no tiene desperdicio es la versión del encierro que nos explica un tal Raich hace 11 años. Este hombre al parecer vio la luz, y cuenta la «verdad sobre los sanfermines». Tras aclarar que el inicio de los encierros se debió «a la escasez de carne«, aporta una interesante teoría sobre la escasa peligrosidad de un toro bravo cuando va en manada, y cómo la trampa del encierro de Pamplona radica en que todo está calculado para que el toro siempre vaya en manada. De hecho, se hace correr a los toros con cabestros amaestrados para ir despacio, y hay dos ó tres manadas de cabestros de reserva.  Además, los pastores corren delante de la manada para marcar la velocidad de ésta, y de paso ir abriendo camino. No en vano, una prueba irrefutable de lo despacio que van es el hecho de que «los pastores corren generalmente todo el recorrido, lo que no podrían hacer si la manada fuese a su velocidad normal«. Todos nos dedicamos exclusivamente a emborracharnos, fornicar y correr delante de los toros, pero esto último los de Pamplona lo hacemos gracias a que los extranjeros que venían empezaron a correr el encierro sin miedo, y eso nos hizo ver que podía ser una actividad divertida.

Vamos, que vivimos abducidos, el encierro es una gran farsa con papel protagonista de los divinos, trata de ababoles a nuestros ancestros, y califica a Pamplona como capital mundial del gamberrismo. Me he llegado a preguntar si Raich no será un seudónimo del butanito.

Enfín, para primera sesión ya os vale, que esto es adictivo.

Enlaces:

IturnetRevista Ibérica Raich


3 ideas sobre “Museo del gazapo (I)

Los comentarios están cerrados.