Nuestras pequeñas chorradas 10


Siguiendo con este afán tan nuestro de convertir las pequeñas chorradas en categorías indiscutibles, conceptos legendarios, tradiciones milenarias, o como cada uno quiera considerarlas, hay que reconocer que la antesala de los sanfermines está repleta de este tipo de sinsorgueces que nos ilusionan como a críos.

Porque los críos, aunque nos empeñemos en que tengan un coche ultradirigible megaaerodinámico, luego les imprimes un dibujo del rayito macuín para colorear y se les ilumina la cara. Lo mismo nos pasa a nosotros. Grandes preparativos para los sanfermines cohabitan con este tipo de pequeñeces. Pequeñeces que hacen que de pronto te des cuenta de que has esbozado una sonrisa tú solo, sin que nadie se haya dado cuenta, hasta el punto que crees que si alguien te ha visto pensará que eres un ababol sin remedio.

Pero la sonrisa ahí ha quedado. Tarda en borrarse lo que tardas en mascar un poco el disfrute que te ha ocasionado la chorrada de turno. Son visiones, olores, sonidos, en definitiva, percepciones que te sitúan automáticamente en la dinámica festiva aunque ésta todavía no haya llegado.

Todos tenemos nuestras pequeñas chorradas. Serían innumerables. No me refiero a cosas tan evidentes y significativas como la celebración del Día de las Peñas, o la renovación del abono taurino, o la colocación de la tómbola o del vallado (talanqueras, para que nos entienda todo el mundo), o la visita precipitada a Chile para comprar pantalones. Me refiero a cosas más pequeñas y más estúpidas que seguramente seríamos incapaces de enumerar en su totalidad.

Una de las mías ocurre desde hace unos años unos días antes de las fiestas. Tú vas tan tranquilo, normalmente, conduciendo hacia San Juan, hacia casa de los padres para rematar los aspectos logísticos que regirán las fiestas (léase recogida del perol materno de caldico, últimas negociaciones de emplume de progenie, etc.), y cuando tomas la calle Sancho el Fuerte descubres con júbilo que… ¡YA SE PUEDE APARCAR EN LA MEDIANA!

Qué estupidez, pensarán algunos. Pero qué gusanillo entra.

Venga, a retratarse. Cada uno tiene que poner una.


10 ideas sobre “Nuestras pequeñas chorradas

  • pamplonudo

    Totalmente de acuerdo con los dos. Yo tengo varios abonos y mi momento es cuando me llama el primero que me pregunta, ¿Tienes algo para el 7 ?.La ultima escalera tambien es de los momentos claves.

  • Unai

    Mi pequeña txorrada suele ser el mismo dia 6, cuando me levanto bien pronto (quien puede estar mas de las 8 en la cama ese dia?), y me asomo al balcon a ver la calle (cosas de vivir en lo viejo) y ver el ambiente, que, yo sin quitarme las legañas y ya hay alguno de blanco llegando a las peñas…

    Estafetakoa, autopromoción? jeje

  • Mc Garrich

    Como bien dices, la colocación del vallado es para mi uno de esos momenticos, así como disfrutar del blanco y rojo de los comercios de la ciudad, o el amigo que te recuerda » a ver si quedamos antes este año, y preparamos todo, para que no nos pille el toro como el año pasado».

  • Unai

    Si y el 4 de julio todavia comprando la bebida de los toros o discutiendo si pasamos de la sangria y nos tiramos al cubata definitivamente..
    otro de mis momenticos es la recopilación de grandes hits para que suenen en la peña a todo trapo, aqui si que me pilla el toro siempre. ¿Estaran este año los grandes exitos que hemos recordado ultimamente en el blog?

  • gaupaseitor

    Sé de un turno en el que sí sonarán.
    Mi momento es cuando plancho la faja. Siempre queda arrugada tras visitar varias localidades en fiestas, y al contacto con la plancha va cogiendo su anchura, y es como un txupinazo casero, en plena estafeta alta.

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