Título 364 Autor Oroz Llánder, Iñaki
Le aseguro Monsieur Delacroix que este proyecto será entregado dentro de 364 días, ni uno más. Esté tranquilo. Eso espero, confío en su capacidad de cumplimiento. A partir de este almuerzo el futuro de nuestras relaciones comerciales se afianzarán. Le aseguro Monsieur Delacroix que este proyecto será entregado dentro de 364 días, ni uno más. Esté tranquilo. Eso espero. No obstante preferimos un año a 364 días, motivos fiscales. Eso es imposible Monsieur Delacroix. El proyecto será entregado dentro de 364 días, ni uno más. Me temo que no me ha entendido. Si no es un año, no hay contrato. No veo la importancia de un día más o menos. Eso es imposible Monsieur Delacroix. Creía que está comida estaba sirviendo para entendernos mejor, pero igual no me he explicado bien. Tiene que ser un año. Imposible. ¿Por qué? Motivos personales, Monsieur Delacroix. ¿Se casa usted? No Monsieur Delacroix. Entonces no hay motivo. O acepta un año o no hay contrato. Adiós, Monsieur Delacroix. No le entiendo, Señor Buldaín. Como tampoco entiendo porque a las 12:00 se ha puesto esa servilleta roja al cuello. Le veo afectado por esta ruptura que nos aleja. Veo lágrimas. Si, Monsieur Delacroix, lloro porque estamos lejos.
Título Pañuelicos en el corazón Autor Gil Echávarri, Ricardo
Les contagié la emoción a grito de San Fermín, San Fermín a las doce menos diez. El escalofrío que recorrió mi espalda y la de toda mi cuadrilla, saltó a sus cuellos y les hizo temblar. Respondimos al unísono desgarrando las gargantas con miles de fieles que estallaron liberando la tensión y el nerviosismo de la espera al oír la explosión. Nos fundimos en abrazos y besos, antes de brindar por la felicidad, bailar como si no hubiera un mañana y recorrer las tradiciones y momenticos que cada uno guardamos meticulosamente año tras año. Pero, el tiempo pasa deprisa cuando te embriagas del sentimiento de tanta gente, era necesario parar, empezaba a oscurecer, tienen que coger fuerzas y abrir bien los ojos. «Mirad al cielo, esto no lo habéis visto en vuestra vida» les dije. Los fuegos comenzaron y llenaron sus pupilas de brillantes destellos que sólo las puertas del tren, 4 días más tarde, lograron apagar. Llegaron asustadas por lo que habían escuchado, y ahora marchaban con un pañuelico en el corazón que nunca más se quitarán.
Título Desde la barrera Autor SÁNCHEZ CAMPOS, JAVIER
Aunque parezca mentira, mi madre aún me lo sigue consintiendo. Así que, como cada 7 de julio, ahí estoy yo, con mi faja roja, mi ropa blanco virginal y mi San Fermín, nuestro San Fermín. Empieza el primer canto, el segundo, pero hasta el tercero no soy del todo consciente de que esto va en serio. Enseguida oigo el cohete y la policía se aparta. Me preparo, expectante. Mi madre siempre me dice que cuándo va a acabar esto que a mis 30 años ya no tengo edad. Este año no me lo ha dicho porque sabe que, de todas maneras, lo voy hacer. Ya ha empezado el encierro. La gente grita y los toros van en manada, agrupados. Están los corredores habituales, aunque siempre hay alguno que se inicia. Acaba el encierro y no ha pasado nada serio. Vuelvo frente al Santo, me inclino con respeto y le doy las gracias por un encierro tan limpio. Que mañana transcurra igual, le ruego. Miro el reloj y veo que voy a llegar tarde a trabajar. Me pongo a toda prisa el mono de faena, apago la televisión y salgo a la calle aún nervioso de haber “corrido” el primer encierro del 2011. Mañana más.