Obras III Certamen Microrrelatos San Fermín


Título   MÁS QUE UNA FIESTA, UN SENTIMIENTO                    Autor  Muñoz Fernández, Olaia

Cómo olvidar. El 7 de julio lo vi por primera vez. Todo empezó con un chupinazo en mi interior, una explosión de fuegos artificiales. La ilusión de un niño que mira Pamplona desde los hombros de su padre. Una estampida en mi pecho, la emoción de una noria. Él, conocido en el mundo entero, representa mi tierra. Yo lo llevo dentro allá donde voy, forma parte de mí. Sus colores el rojo de pasión y el blanco de amistad, con pañuelo y faja, adornado de una jota eterna. Le acompañan la alegría, el bullicio, la armonía… Con él se unen noche y día, la gente forma parte de las calles y la música invade la ciudad. A su lado se siente nerviosismo y algarabía, un concierto de sensaciones, un baile de gigantes. Él hace especial una tarde en la plaza, donde gritos y risas se entremezclan, para salir todos juntos en una marea de fiesta. Y al final, el dolor del vacío, entre lágrimas de despedida y esperanza, con la calidez de miles de velas que me arropan. Sus iniciales: S.F., acompañado de “vivas” y “goras”. Cuento los días para volverle a ver y cada año siento lo mismo que la primera vez.        

Título   “Con la excusa de los toros”              Autor  Arocena Martinez de Irujo, Maria     Marta

Nuestro plan para las nueve noches era fijo: bocadillo en los fuegos, dos o tres viajes en las barracas, bailes en la Plaza del Castillo, un rato en Antoñuti, las peñas del Casco Viejo, ver el encierro y las vaquillas en la Plaza de Toros, y desayuno de churros con chocolate. Empezábamos llenando nuestro estómago y acabábamos igual, pero pasábamos hambre durante la noche, porque a veces no nos acordábamos ni de comer de lo bien que lo estábamos pasando. Lo mejor era las peñas de lo viejo, y si tocaba una noche que no hacía mucho aire frío, todas íbamos con el blusón negro a la cintura, y nos olvidábamos del jersey rojo que se quedaba ese día en casa, para lavar y volver a poner al día siguiente, por nuestra querida mamá. Siempre había algún chico suelto en el grupo, al que nunca le faltaba nuestra conversación. Incluso nos quitábamos el sitio al lado suya, para coger el turno con él. La verdad es que en nueve días nos veíamos tantas horas como el total del resto del año… Por eso eran días tan especiales. Lo que ha quedado de entonces son las ganas de que siempre llegue el 6 de Julio.

  Título   «ELHOMBREQUEHACORRIDODELANTEDELOSTOROS” Autor          GARCÍA VIÑAO, ISABEL

Elhombrequenuncacorredelantedelostoros se une a los mozos vestidos de blanco y de pañuelo rojo al cuello, color que hace honor al martirio de San Fermín. Lo consideran intruso porque lleva corbata. Poco a poco nuestro hombre se va contagiando del entusiasmo de los corredores y sube con ellos al comienzo del encierro, a la cuesta de Santo Domingo. Los toros salen bravos nada más comenzar el encierro. Elhombrequenuncahabíacorridodelantedelostoros corre que se las pela ante la cercanía de los astados. Nota que, ante el peligro, la adrenalina corre también con rapidez por sus venas y que el cerebro lo tiene inundado de esta sustancia. Elhombrequecorredelantedelostoros descubre lo estimulante que le resulta correr sabiendo que los toros le van pisando los talones. El riesgo le excita y nota pinchazos de placer en cada gramo de su carne. Elhombrequehacorridodelantedelostoros cuando llega a casa se mira en el espejo y no se reconoce. Canta “Viva San Fermín”, levantando el brazo como si entonase el “Cara al sol”. No está loco, pero sí enloquecido por su proeza.