Título «POR AMOR PROPIO» Autor CUEVAS ROMERO, Mª YOLANDA
Como cada alborada, coincidirían junto a la encina. El santoral advertía la pronta venida del mes de julio y se hacía necesaria una penúltima e instructora tertulia antes de que San Fermín tocara. Mientras se bañaba en nostalgias acontecidas en el coto, el horizonte anunció la llegada del relevo de su estirpe. Lejano aún, el lozano Heminguayero progresaba bien aplomado. El preludio del amanecer coqueteaba con la vigorosa estampa de aquel fino y lustroso de pelo. La inmensa dehesa, embriagada, se mecía al compás de los balanceos de su poblado borlón. Alcanzó a su veterano. Disciplinado le brindó una reverencia. Se acomodó a su vera. Y después de un apacible y prolongado silencio, el viejo tomó la palabra: – Hijo mío, el día clave apremia. Estas noches acurrúcate junto a la fortaleza y reposa tranquilo. Recapacita sobre tu destino y lo distinguido de tu bravura. Aprecia el arrojo con el que los hombres nos desafían. En la plaza, dos instintos luchareis: animal y humano. Huele su miedo. Siéntelo. Míralo frente a frente y enorgullécete de tu linaje. Que la muerte te sorprenda luciendo tu gallardía. Ingresada la noche, el espíritu de su preceptor conquistó su pecho. Y un arrojo colosal, lo acabó por dominar.
Título URKO Autor Señán Cano, José Ignacio
«Dime que no estás nervioso, Urko. A mí, según se va acercando el momento, se me ponen aquí en el estómago como unas culebrillas removiéndose, que no me dejan casi respirar. Pero no te creas, que es solo al principio. Bueno, tú no te preocupes que ya hemos corrido otros años y sabemos cómo hacerlo. Espera, que me pongo las zapatillas y me ato el pañuelico para salir rápido. Tenemos que coger sitio en la cuesta, al lado del santo. Ya sabes que me gusta echarle una miradita antes de empezar a correr, para que nos dé suerte. Tú pégate bien a mí, que luego con los empujones y los rezagados puede haber problemas. Como tú eres el que va a estar más cerca de los cuernos, si ves que aprietan me avisas, pero sobre todo no te separes de mí». Se puso la camisola blanca, ajustó el pañuelo rojo al cuello y se persignó tres veces delante de una estampa de San Fermín que colgaba de la pared de su habitación. Cogió la foto de Urko, le dio un beso mezclado con dos lágrimas, y la metió en el bolsillo trasero del pantalón. «Ya estamos listos Urko. A correr.»
Título VIVIR LA FIESTA HASTA EL FINAL Autor SOTOMAYOR BERRAL, ASCENSIÓN
Dos de julio. Sentado, con aspecto cansado y abatido, sobre el borde de la cama, abrió el último cajón de la mesilla. Después de varios intentos y tirones, cedió saliendo por completo. Lo depositó sobre la colcha de flores desvaídas, repleto de recuerdos, lleno a rebosar de objetos dispares. Sobre todos ellos, unas entradas para las corridas de toros de la feria de Pamplona de ese mismo año. Días antes había anulado la reserva de habitación para acudir a las fiestas. Dos años atrás había estado, como tantas otras veces, con camisa de cuadros rojos y visera viendo encierros desde la calle Estafeta y desde la habitación del hotel. ¡Cómo había disfrutado! «Yo no cambio Pamplona por Chicago», decía. No dejaba de repetir que esas fiestas estaban siendo las mejores de su vida. Ahora, con las entradas para los toros en las manos, recuperaba los recuerdos. Revolvió un poco en el cajón: una hoja amarillenta, doblada en cuatro partes, con la receta que su amigo Matías le proporcionó del ajoarriero con gambas. Correr en los encierros, torear vaquillas, asistir a las corridas, rezarle al Santo, universalizar los Sanfermines, todo quedaba ya tan lejano… El rifle no falló. Lo enterraron el día siete.