Título 849 Autor Aznar Alonso, Daniel
Ochocientos cuarenta y nueve metros. Piel de gallina. Sequedad en mi garganta. Un pitido en los oídos. Ruidos que preceden la carrera. Las ocho. En punto. Demasiado en punto. Un vago recuerdo de uno mismo. Ahora silencio. Se agudizan los sentidos y no oigo nada. Una compuerta que se abre. Cabestros. Toros. Toros y cabestros. Músculos en tensión. Correr, mirar, girarse, medir, nunca tropezar. Nunca tropezar. Correr más. Demasiado cerca. Rostros en las barreras. Una imagen congelada de una niña asustada. Me observa. El tiempo se para. Curioso, durante tres segundos. Mientras tanto, yo. Sólo yo. Gritos, empujones y áspero pelaje. Geometría, pura geometría. Trayectoria hiperbólica de pitones. Mi carrera, elíptica. Ningún punto de intersección. Instinto, puro instinto. Habilidad. Quizás suerte. Las piernas me alejan de mis pensamientos. Y al final, la plaza. Parapetos de gentío. Respiro y miro atrás. Ochocientos cuarenta y nueve metros.
Título MI DÍA Autor DAROCA DA COSTA, GABRIELA
-¿Los ves llegar Honesto? Mira, ya vienen a buscarme. ¿Acaso podíamos imaginar esto hace 1.725 años, cuando eras mi maestro? Ahí están, como todos los años, fieles a su cita: los Gigantes y Cabezudos, los gremios de carpintería y labradores, la Hermandad de la Pasión, la Congregación Mariana, los clarineros y timbaleros, los dantzaris y txistularis municipales, el Cabildo catedralicio, el arzobispo, los maceros, la Corporación Municipal, la alcaldesa, la banda La Pamplonesa… ¿Y ves todo ese gentío vestido de blanco con un pañuelo rojo anudado al cuello? Me decapitaron Honesto, por eso llevan el pañuelo. Pero no te preocupes, soy feliz. Ahora me sacan de paseo unos señores con pelucas y guantes blancos y me llevan por las calles de Pompaelo, ¡qué emoción! ¿Has oído la jota en la calle San Antón? ¿Y a la Coral de Santiago en la Plaza del Consejo? Los quiero, si pudiera decirles cuánto los quiero. Se lo digo a mi manera, cuando lo necesitan les echo un capote. Mira, mira, ya llegamos al pocico donde me bautizó S
Título San Fermín, el placer de un instante Autor Lopez Zurbano, Juanjo
El tiempo había dejado atrás la espera y como un viejo almendro que deja de dar flor, anunciaba su inminente ausencia. Con más nervios que de camino a una Luna de miel, llega ese momento que, con gran estruendo tras un resplandor en el cielo, comunica el pasado con un tiempo futuro. La fiesta ha comenzado y el silencio dorado de la ciudad y su embrujo se convierten en un bodegón en blanco y rojo lleno de bullicio. Y el tiempo se hace enemigo. Aquel, que caminó junto a nosotros en la espera, escoge su propio tiempo y se une a la fiesta y le marcará su ritmo. Ya no el nuestro. Y cada amanecer un canto al Patrón despierta el día y para los de “Aquí venimos todos…” corriendo calle arriba, el tiempo se hace eterno, parecen no poder alcanzar esa especie de reloj sin agujas donde la multitud proclama su llegada. Sumergidos todos en la realidad de lo anhelado y en el placer, la fiesta durará un instante. Y el tiempo sin saber que ha perdido su conciencia se consumirá sin dejar rastro y volverá a nosotros en silencio, de nuevo amigos en la espera, como si nada hubiera sucedido.