204 SENSACIONES
Tim Pinks
204 palabras… Julio. Seis. Mañana. Gente. Mucha. Plaza. Ayuntamiento. Balcon. Media dia. San Fermin! San Fermin! ¡Viva! Gora! Cohete. Explosion. Locura. Otro…mundo…
Alegria. Sonrisas. Felicidad. ¡Fiesta! La Pamplonesa. Riau-riau. Champan. Agua! Agua! Una. Fiesta. Sin. Igual.
Estafeta, Jarauta, Plaza del Castillo, calle Carmen, San Nicolas, San Gregorio, Navaverria…tsunami de sanfermineros.
Noche…locura nocturnal. Otra galexia. Pamplona. Otra planeta. Madrugada. Menos locura, mas calma.… El crece del sol. Tension. Toros. Las ocho. Explosion.
Bum! Dinosauros. Seis. Corriendo. En. Las. Calles. Manada humana. Mas locura. Dos. O. Tres. Minutos. Plaza de Toros. Cohete…
Encerrado. Humano. Seguro. Pero… ¡Vaquillas! Mas locura…
Deapues…desayuno. Coñac. Kaiku. ¡Que asko!
Luego: San Fermin. Querido Santo. Procession. Gigantes…dinosauros humanos. Cabuzedos. ¡Maldikos Zaldikos! Kilikis… Criaturas miticas…
Tarde. Corrida.¡Toros! Muerte en la plaza…
Dias y noches. Peñas. Charangas. Musica, ruido, alegria, baile. Peñas. Corazones de la ciudad. Una. Ciudad. Sin. Igual.
Seis de la tarde, dia 10. ¡Fiesta y media! Ya falta menos…
La fiesta sigue viviendo…
14 julio. Media noche. Pobre-de-nosotros. Fin de fiesta. Fin de cuerpo. Pero no fin de San Fermin. El sigue. Siempre.
Pamplona. Iruña. 204 horas de fiesta. Un. Santo. Sin. Igual.
Ya falta menos…
PASOS DE SAN FERMIN
Tomas Diaz Lopez
Pisadas frescas de la mañana cuando los ojos buscan otros ojos, que se saludan.
Pasos que a cada latido del corazón retumban en los adoquines, que momentos más tarde dentro de una ensordecedora algarabía, se tornarán sordos. Se tornarán pesados y toscos.
El corazón quiere salir del pecho, saltas, suspiras, saludas y los nervios esperan un estampido, y una avalancha. Y el estampido suena!
Tu corazón se para por un momento, hasta que tu cerebro te dice “corre”.
Tus pasos son martillos en tu cerebro, que es incapaz de mandar mas adrenalina a los músculos de tus piernas, y la masa negra se acerca rápido, asustada, igual que tu. Los dos tenéis miedo.
Sientes los pasos descomunalmente sonoros, fuertes y amenazadores, de esa masa negra que empaña tu cerebro.
Seguís asustados los dos, pero os miráis, os veis y por un momento tu eres el y la masa negra es bella, peligrosamente bella, y todo pasa rápido. Y tus pasos deciden retirarse, tus pulmones ya no tienen más aire que empuje tus piernas, y te quedas solo, mirando como se aleja, y la algarabía vuelve a tu cerebro, a tus ojos y oídos.
Respiras hondo.
Tus pasos de San Fermin
FAKE NEWS
Tomás Sánchez Hidalgo
la bicolor, o la tricolor, o la que corresponda,
acaso sea necesaria,
como lo son la identificación,
las aristas, o el conflicto,
y como no lo es, por contra,
un suicidio en pos de un reconocimiento literario,
de una página impar, de una aureola
(suicidarse para sujetar a Rimbaud,
a la sombra de un Eurobasket),
el himno es necesario, la patria es necesaria,
la Befana es necesaria, el urólogo es necesario
……
……
……
al tiempo que, en otra sesión de brainstorming,
va tomando cuerpo, entre creativos,
un llamémoslo anuncio-publicitario-reconstrucción-histórica,
que podría haber desconcertado, sí,
al mismísimo Schopenhauer,
mantendremos en secreto al contratante
(¿Ikea?: no:
fake news),
aún se desconoce el eslogan:
— el té, el té, la gallina, el Theotocópuli
(Federico García Lorca, horas antes
de su ascensor hacia el cadalso)
— la hostia, la hostia, la gallina, los calomelanos
(de nuevo Lorca)
— el toro, el toro, la gallina, la madre que lo parió
(Franciso Galadí Melgar,
uno de los banderilleros con los que compartió destino)
— la puta, la puta, la gallina, la Guardia Civil
(Joaquín Arcollas Cabezas, el otro)
— la casa, la casa, la gallina, el corazón
(Dióscoro Galindo González;
este último, maestro de escuela)
ORIGEN DEL CHUPINAZO
Urbano Antonio Durán
ORIGEN FABULOSO DEL CHUPINAZO
La víspera del séptimo día del séptimo mes del año tres veces séptimo, con el sol en lo más alto, el cielo será avisado con una lanza de ruido.
Así rezaba la profecía conocida en toda Pamplona desde el siglo XIV.
Y hoy era 6 de julio de 1777.
“Debo llegar”, murmuró el hombre de camisa blanca y pañuelo rojo al cuello.
Tres días ha que jinete y caballo devoran leguas para cumplir con el designio.
La Plaza del Castillo aún estaba lejos. Pronto sería mediodía.
Exigió a su cabalgadura, que apuró un poco el extenuante paso…, y cayó, reventada.
Bajo el calor agobiante, el Designado siguió su marcha. La campiña amarilleaba como un mar de luz.
El paquete iba envuelto en una piel de cerdo, protegido contra intemperancias climáticas. “Puede que todavía sea tiempo”. Apuró el último trago de la bota.
Llegó a la Plaza Consistorial. Le ayudaron a subir al balcón del ayuntamiento.
“¿La hora?”
Mediodía, alcanzó a oír, y entonces desenvolvió el petardo volador que desde entonces y para siempre señalaría el inicio de las fiestas Sanfermines. Antes de encenderlo, agotó su último aliento:
—¡Pamploneses, Pamplonesas: Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!
Y se desplomó, sonriente.
SALVACIÓN
Valentín Bastón Lamas
Las sirenas retumbaban en mi cabeza. Ante mis ojos solo vislumbraba pies a toda velocidad y el inconfundible olor de los astados. Tumbado en el suelo, abrí los ojos, y allí estaba, mirándome compasivo, como si la posibilidad de acabar con todo allí mismo le pareciera demasiado sencilla y recurrente. En su mirada pude notar compasión. Los tres eternos segundos que nuestros ojos se cruzaron fueron mucho más que una simple mirada. Al instante, me elevé y en volandas me sacaron de allí.
En la corrida, tres días después, me encontraba en primera fila, reclamando el indulto que finalmente le fue concedido. Nuestras miradas volvieron a cruzarse y sentí una mezcla de justicia divina y agradecimiento infinitos. Por dentro, mi alma entera gritaba sin cesar… ¡Viva San Fermín!
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