De vez en cuando, alguna avispada consultoría acuña un gilitérmino y la clase política lo acoge con entusiasmo. Uno de los conceptos que más me enervan en los últimos tiempos es el de poner en valor. Que si poner en valor esto, que si poner en valor lo otro.
En Pamplona, esta idea se ha querido aplicar a nuestra fiesta. Hay que poner en valor el recorrido del Encierro, han tenido que sufrir mis oídos una y otra vez.
Como si le hiciera falta.
Al calor de este objetivo, llevamos años y millones gastados en el proyecto del museo, centro temático o lo que sea, de los Sanfermines.
Es cierto que, durante el año, una de nuestras mayores atracciones turísticas es el recorrido de nuestro Encierro. No hay día en que no se vean visitantes recorrer con paciencia y curiosidad los adoquines de Santo Domingo, Plaza Consistorial, Mercaderes y Estafeta. Y al terminarlo, zas, se dan de bruces contra la puerta roja del Callejón de la Plaza de Toros, cerrada, por supuesto, y se dan media vuelta, la cara hecha un poema de decepción.
El otro día le escuché a ELLA que los hosteleros no dejaban de preguntarle sobre cuándo se iba a poner en marcha el museo de los Sanfermines. Ja. Está la cosa como para eso.
¿Y por qué no ponemos en valor nuestra Plaza? ¿Ese mastodonte en pleno centro de la ciudad que solo se abre diez días al año?
Aquí lanzo una serie de ideas.
Una taquilla en la entrada. La posibilidad de que el turista acceda al ruedo por el Callejón, como toros, mozos y cabestros. Visitar la enfermería y el patio de caballos, observar los chiqueros, sentarse y fotografiarse en nuestros tendidos, tomarse un pote y un pintxo en uno de nuestros amados ambigús y poder comprar, como recuerdo, cualquier producto de esos que difunde Reyno Gourmet: vinos, patés, espárragos, patxaran, pimientos… Allí mismo podrían proyectarse vídeos de encierros, exponer fotografías antiguas y dar a conocer las peculiaridades de nuestra plaza, su historia, su sol y su sombra. Algo similar se hace, con muchísimo éxito, en la Maestranza de Sevilla, y no creo que nuestra plaza sea menos conocida, precisamente, a nivel universal.
En estos tiempos en que nuestra juventud se aleja del Encierro, se podrían concertar visitas gratuitas con colegios e ikastolas.
Muchos nativos disfrutaríamos recorriendo la plaza y conociendo estos rincones ocultos, lejos del bullicio sanferminero. Hasta nos podríamos casar ahí, como alguna mente iluminada ha propuesto recientemente para rentabilizar el Circuito de Los Arcos [sic].
Como veis, la inversión sería mínima, se podría crear algún puesto de trabajo y prácticamente de forma inmediata, y el posible déficit, que supongo que lo habría, sería inmensamente menor que el de otras instalaciones faraónicas puestas en marcha o previstas.
Sí, ya sé lo que dirán. Que la plaza es propiedad de la Misericordia y que es ella la que debería acometer este sencillo proyecto. Pero no olvidemos que es nuestro alcalde quien preside el Patronato de la Meca, o sea que algo tendría que decir.
Si te gusta la idea, difúndela. Tal vez alguien se entere y decida ponerla en valor.
El turismo lo agradecerá.
Bravo Estafet. Mentes brillantes como la tuya son un referente para muchos. El año pasado si no me equivoco, se abrío la Plaza a visitas durante 4 ó 5 días y creo que fue un éxito.
Parece buena idea si, lo unico el pote y pintxo a precio de ambigú sanferminero?
Unai, tendrían que crear el sanfervintxo, o algo así.
Correcto pero que durara del 6 a 14. No estas mas que lleno de buenas ideas estafet.
Olvidáis que la plaza se abre también para la Feria del Marisco. Ésa que sienta tan bien entre los hosteleros locales.
Si sirve de algo, yo iría y llevaría a todo aquel que me acompañara a vuestra tierra…
Seguro que alguna mente privilegiada nos llevaría ahí de exposición, y perderíamos bastante parte de la magia y esencia que tenemos, pero tal y como lo plantea estafet estaría muy pero que muy bien. En estos tiempos cada ciudad explota lo suyo, poniendo una taquilla al lado de cada museo, torre, o lugar que se quiera visitar.