Primerizos en la Monumental (III) 3


Aunque gracias a Josemiguelerico ya sabemos que el nombre de Monumental no es correcto aplicado a la Plaza de toros de Pamplona, mantengo el título original de la serie ya que es la última entrega.

Nuestros amigos, aliviados, logran recuperar su sitio y ¡Sorpresa!, donde antes no cabía un alfiler, ahora uno se puede acomodar razonablemente e incluso recuperar alguna de las almohadillas que han quedado libres. En esto que les empieza a llegar comida variada y variopinta, bocatas, espaguetis, estofado y otras delicias culinarias que, a esa hora (más o menos las 19:30), entra con gracia y salero por el gaznate. Una vez llena la barriga se sorprenden al ver que aún queda el postre, tartas variadas, pastas de té, alguna raja de sandía caliente, etc. No falta el moscatel para acompañar, el vino sobrante de la merienda y los restos de la sangría, cada vez más caliente y más macerada la fruta. En esto se han ido ya dos toros, cuarto y quinto.

Sale el sexto y se juran que este no se les escapa, que van a ver la faena, pero se encuentran con que la gente ya no está sentada si no de pié en animada conversación con sus vecinos de localidad y cuadrillas colindantes, empieza a aparecer gente de andanada que va adelantándose a la salida de las peñas, entran los que habían salido al ambigú y el movimiento en el tendido va en aumento. Para cuando se quieren dar cuenta, ya está sonando la música de las peñas y los mulilleros se están haciendo cargo del último toro de la tarde.

Una vez cumplida la labor de los mulilleros y, como el espada no ha estado muy afortunado, comienza a saltar la gente al ruedo para salir de la plaza acompañando a las respectivas peñas.

Se deciden a saltar al ruedo y perderse en la fiesta…. y mañana, vendrán otros individuos que les tomarán el relevo y se repetirá la historia.


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