Éranse una vez unos navarros que, en pleno siglo XVI decidieron que si la corte castellana estaba radicada en los madriles, allí establecidos podrían pinchar y cortar. Y ni cortos ni perezosos, hicieron el petate y emigraron. Lo hicieron como muchos otros de muchas otras zonas. Estaba de moda implantar cofradías, fraternidades y asociaciones de conmilitones regionales, orientadas aparentemente a garantizar el culto al patrón de cada cual.
Cuando llegaron se encontraron con que ya había congregaciones de gabachos, italianos, británicos, portugueses y aragoneses. Poco a poco fueron copando puestos funcionariales en la corona, y finalmente en 1683 fundaron la Real Congregación de San Fermín de los Navarros, en el Convento franciscano de San Francisco de Paula. Su objetivo: ayudarse mutuamente entre los navarros desplazados, y crear estructuras para ayudar a los estaban por llegar. Su otro objetivo: acrecentar su estatus socio-político, bastante influyente ya.
Recibían donativos, limosnas, herencias, etc. con las que sufragaban los costes de atender a la comunidad de navarros. Fue tal el auge que adquirieron que el obispo de Pamplona les encargó la custodia de varias reliquias del santo.
En 1744 compraron a los herederos del conde de Monterrey una casa con jardín para emanciparse del yugo franciscano. Erigieron su propia iglesia para el culto a Ferminico. Tanto la iglesia como un hospital que construyeron para atender a navarros debieron ser derruidos para dejar paso a un tal Banco de España, y en 1890 se terminó la actual, en la calle Eduardo Dato.
Es cada vez más conocido en Madrid que cada 6 de julio los navarros tiran el txupinazo en el atrio de esa iglesia, que debe ser preciosa y es muy demandada para casamientos entre la creme madrileña. Por buscar un pero, mantiene una placa en la que Franco reconoce a los nacionales navarros su esfuerzo. Entre la comunidad que se congrega en esos días suelen verse algunas laureadas todavía.
Y por cierto, ya repasando una crónica del 6 de julio del año pasado, se nos dice que se reunieron en torno al medio centenar de personas. Poco más adelante se destaca que se repartieron 75 kgs. de txistorra y 420 botellas de vino. Un momento… eso sale a kilo y medio de txistorra por barba, y a 8 botellas por persona… vale que los navarros somos un poco mulos, pero o se han pasado con las cifras o los tuperwares cisrularon de lo lindo.
(Gracias a Guillermo Pérez Sarrión por su estupendo estudio publicado en la revista Hispania en el año 2007 – nº 225).
Creo que tienen bastante de guardianes de las viejas esencias…
Por cierto, qué escalón tan duro el del domingo…
El escalon fue duro el lunes, el domingo todo fluyo bastante bien.
Aunque yo el lunes no perdi el dia estafetakoa jeje…
Fue un escalon en toda regla, aunque las bajas por la vacances se notaron en el ambiente.
Buen cálculo el tuyo.
Si solo eran medio centenar y se trasegaron todo eso, ¡menudo mocordo se habrían agarrado!
aizpún dimisión !
Este 6 de Julio de 2013 van a ser cerca de 100 en San Fermín de los Navarros.
La iglesia y edificaciones contiguas son propiedad de la Real Congregación. Los franciscanos le tiene alquilada la iglesia y la parte que ocupan los frailes, por lo que pagan una importante cantidad. El tejado necesita urgentemente una reparación y los navarros quieren que la paguen los feligreses. Un directivo ha hablado en la TVE y pide que cada parroquiano pague el coste de una teja. No me parece bien