En el momento de escribir estas líneas me encuentro de viaje por México por motivos de trabajo.
Cuando me preguntan de donde vengo y les digo que de Pamplona, el personal enseguida ubica la ciudad porque la relaciona inmediatamente con ‘‘la pamplonada’’ que es como por estos pagos denominan al encierro y por extensión a los Sanfermines.
Así que aparte de nuestra gran afición por la vieja Iruña a cantar corridos y rancheras, sobre todo cuando llevamos unas cuantas copas de más, también compartimos otros gustos con los mexicanos.
(En este punto decir que cuando les cuento el furor que causan las ‘‘mejicanas’’ en fiestas y ferias por nuestra tierra, no caben en sí del asombro y les parece que les estoy vacilando; osea que ya ni les menciono a Chuchín Ibáñez el gavilán navarro, porque igual les da el telele)
En varias ciudades del país se celebran pamplonadas que también suelen llamar sanmigueladas (porque la más famosa de todas ellas era la que se celebraba en la localidad de San Miguel de Allende).
Estas fiestas suelen tener como denominador común los encierros y el desmadre de la peña en general que se pone hasta las cartolas de beber.
Para que os hagáis una idea, echadle un vistazo a este vídeo de la Sanmiguelada de Guanajuato, para que veáis que en todas partes cuecen habas.
httpv://www.youtube.com/watch?v=aec1NyJpERs&feature=fvsr
Por la forma como se ve que corren se diría que son toros que se saben ya el recorrido, como si cada día los sacaran a los mismos. Porque nadie corre realmente, sino que esperan al paso de la manada…
Esto sí que es un reportero en busca de la actualidad internacional…
Si los toros quisieran hacer carne lo tienen fácil.