Treinta y tres 7


Treinta y tres ideas tenía para esta entrada, treinta y tres minutos llevaba intentando  escribirla y los siguientes treinta y tres dejé de hacerlo el pasado viernes por la tarde.

Treinta y dos cornadas llevaba en el cuerpo Juan José Padilla al comienzo de esta temporada. El de Jerez cuenta su biografía comenzando por las pantorrillas para subir por los muslos, el abdomen y terminar en el cuello: esta es la de Pamplona. Al ver esa última   cicatriz, muchos nos estremecemos recordando aquel catorce de julio.

Desde el pasado viernes Juan José Padilla no tendrá que dar a nadie explicaciones de su cornada número treinta y tres. Muy a su pesar, la pudo ver medio mundo y con él sufrieron por su vida aficionados de medio planeta en una larga vigilia de operaciones, noticias de quirófanos y tuits enviados desde la sala de espera de la UCI.

Su último paseíllo en Pamplona lo realizó con un precioso capote de paseo blanco bordado con un San Fermín. Se lo encontró en la habitación del hotel, era un regalo de Iñaki González. Había llegado con las horas justas a la corrida, porque el nueve de julio era el cumpleaños de su hija y quiso pasar el sábado entero en Jerez.

Hay matadores que parecen ser siempre iguales. Con el de las patillas no pasa eso. No hay un Padilla, hay treinta y tres: el loco, el cuerdo, el padre, el flamenco, el tremendista, el amigo de Morante y Finito, el pastor del encierro, el templado, el héroe, el herido, el de la calle de enmedio o el del pecho descubierto.

Ahora es el momento de desear la recuperación del hombre. Y también, de volver a poner en valor lo realizado por el Ciclón desde que debutase en Pamplona en el año 1999.


7 ideas sobre “Treinta y tres

  • Toko-Toko

    illa illa illa, Padilla Maravilla!!!!, no había tarde que no nos trastocase la merienda, y este año decidí irme a sombra con mi mujer para verlo por última vez después de su anuncio de abandono en la monumental de Pamplona, detrás de mi, un «listo» de Tudela que no dejaba de faltarle y meterse sin ton ni son a cada cosa que hacía Padilla, y sin embargo se le caia la baba con Rafaelillo, hasta que en el segundo toro ya no pude más y le grite a Rafaelillo «Va a tener que salir Padilla a matartelo!!!!», en cruel ironía hacia el aficionado de detrás, que inmediatamente se calló, por que tenía mucho que callar…….
    Que quereis que os diga…, alguno lo considerará teatrero, otros fantasma, pero para mi Padilla siempre ha sido y será mucho Padilla. Que San Fermín te heche el mejor capote de tú vida. Suerte Padilla!!!!

  • Flanagan

    Esta gente está como las putas cabras.
    ¿Se conoce el caso de algún torero que se haya achantado tras una cogida y haya dejado el toreo? (quiero decir pudiendo seguir, no vale sacar el caso de Julio Robles).

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