VI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


CARA DE MIEL

Pedro Zabalza López

Al mal tiempo pamplonés, Cara de Miel ofrece siempre su mejor semblante. Afronta la caída de la hoja con sonrisa perenne, el frío invernal con la calidez de su temple, y la inestabilidad de la primavera con una jovialidad sin discontinuidades. A lo largo de trescientas cincuenta y seis grises jornadas, sus ojos brillan con la perspectiva de nueve días de julio en los que se olvida de su aburrido trabajo de conserje en un elitista colegio. Esa espera liberadora le hace soportables los caprichos de los alumnos malcriados y sus bromas a menudo crueles, injustificables por el tópico de la supuesta inocencia infantil. Cara de Miel les opone una mueca congelada (aunque por dentro se abrase en indignación), contando los días que le faltan para poder convertirse en otro: en su reverso, su Mister Hyde, el doppelgänger que le permitirá cobrarse las afrentas padecidas. Cuando llega el seis de julio, se pone la casaca verde y se coloca el voluminoso cabezón de cartón piedra que esconderá su sonrisa hasta el día catorce. En ese tiempo de subversión festiva, Cara de Miel se transforma en Cara Vinagre.

SANFERDREAM

Xabier Sancho Sanchez

6 de julio 11.45 h. El sueño de todos los años. Jarauta abarrotada,vendedores ambulantes y ramos de olivo vaticinándome un futuro tan negro como la sudada ropa de trabajo que llevo puesta.
Tienes 15 minutos para llegar casa, ducharte y cambiarte de ropa ¿Pero que pasa aquí? No vas a llegar. ¡No te agobies! sabes que estas soñando. ¿A que no tiras tu el cohete?
Si, si me agobio por que mi inconsciente neutraliza mi consciencia dando el pistoletazo de salida a una carrera loca donde trato de avanzar, pero no avanzo.
Me miro a los pies y….. no, este año no voy descalzo, mi subconsciente me tiene preparada una alternativa aun mas perversa.
Los esquís de travesía deslizan raudos Santo Domingo abajo. Tropiezo y ruedo hasta el puente de la Rochapea. Tirado boca arriba veo elevarse majestuosa a punto de estallar la ciudad que me expulsa por incumplir sus normas.
Todo esta perdido. Observo como si me castrasen solaparse las agujas del reloj en mi muñeca. Suena una cohete y me despierto.
Estoy cansado, mas que cuando me acosté, miro a mi alrededor y ahí descubro sobre la silla, la ropa blanca, una faja y el pañuelo. ¡Comienza el gran día!

HOY ES EL DIA

Luis Maria San Martin Urabayen

Hoy es el día. Estoy decidido. Voy a declararme a Lucía, la mujer de mi vida. En el chupinazo le diré que no puedo vivir sin ella. Serán unos Sanfermines maravillosos. Haremos todo con lo que sueña y no puede hacer. No se merece menos. Desayunaremos chocolate con churros después del encierro, pasearemos arriba y abajo como los señoritos e iremos al baile de la alpargata donde van los famosos que se acercan a Pamplona.

Algún día iremos a la feria, a alguna atracción en la que estemos solos entre el gentío. Con cuidado, que ella es delicada y se marea fácilmente. Tomaremos un refresco en alguna terraza de la Plaza del Castillo para ver a las peñas, que tienen canciones nuevas y alegres de un tal Turrillas. Bailaremos con la música de La Pamplonesa y veremos los fuegos artificiales. Cuando el cielo retumbe, la rodearé con mis brazos para protegerla.

Pero antes debo librarme de esos extraños que no paran de llamarme papá. Tampoco entiendo por qué el calendario de mi mesilla marca el año 2014, como si hubiéramos saltado en el tiempo. ¿Será cierto que algo en mi cabeza no va bien? Y sigo sin entender esa palabreja que tanto repiten: Alzheimer.