ESTARÉ AHÍ
Noelia Gorbea Garnica
Todo está junto, pegado; y a la vez, separado y equidistante. Vuelvo a pensar en lo que dejo y en lo que tomo, a dibujar ciudades perdidas y horizontes paralelos. Los sonidos se evaporan, las letras bailan y el aliento se desvanece. La alquimia del tiempo que embotelló la libertad ahora pinta de entusiasmo los colores del viento. Todo vuelve a estar ahí, como una lágrima en la mejilla, como el blanco de una vela zarandeada por la brisa y el rojo de la pasión más encendida. Y una vez más, todo lo que parecía que no llegaría o tardaría una eternidad, vuelve a estrellarse contra mis ojos y se incendia como un papel ajado. Los meses se han ido y, con ellos, esa distancia que recorría sueños y sensaciones a partes iguales. Será la última carrera… ¿última? El domingo estaré ahí, sobre el volcán dormido que ha vuelto a erupcionar. Estaré ahí, San Fermín, para ti.
UN 7 DE JULIO LA VI
José Miguel Albizu Gabari
Era un siete de julio cuando la vi, y durante aquellos ocho días blancos y rojos la busqué en cada cántico, en cada brindis, sin volverla a encontrar.
Durante todo aquel año transcurrido, había sentido que una especie de hilo invisible nos enganchaba en la distancia y sostenía de forma inconsciente aquella emoción que seguía palpitando.
A veces cambié mi recorrido para revivir lo que sentí y otras lo evité para olvidar, pero cada vez que pasé cerca de la Plaza del Consejo, la recordé turbada al escuchar la jota a San Fermín.
Ni siquiera supimos nuestros nombres, pero por alguna razón que no acababa de explicarme, pensaba que iba a estar allí, en el mismo lugar, un año después.
Cuando me acerqué tuve miedo. Quizá estuviera entonces en otra ciudad, en otra fiesta. Me abrí paso entre la gente, y allí, junto a la fuente, justo donde la besé, bailaban varias chicas de blanco Maracai. Y apareció de pronto, preciosa, como aquel día calada con boina roja. Y sus ojos, negros como el carbón, me volvieron a quemar otra vez. La abracé con un abrazo eterno justo cuando al son de guitarra, sonaba aquella jota que me hizo soñar.
MULTICOLOR
Victor Miguel Bignami
Multicolor es el día que un país espera con ansias. Visitantes de todas las banderas llenan de colores las calles de Pamplona. La gente festeja por las calles la alegría que está por comenzar. El siete de julio está por llegar y los toros esperando para salir.la calle estafeta se prepara para la gala, ya estamos todos allí.los canticos comienzan y un estruendo anuncia lo que se aproxima. Cuando de repente una estampida multicolor se asoma becerros marrones, toros negros y blanco. Con sus pitones que parecen mirarte, es entonces cuando decido correr, si no el toro me va a coger. De repente siento el ruido del trote sus patas sobre la calzada pasando muy cerca de mí. Toco el lomo de uno de ellos porque ese era mi trofeo personal, pero un susto este me va a dar.de repente se frena da vuelta y me clava la mirada. Mis piernas empiezan a temblar entonces el toro bravo decide perdonar. Sigue su camino hacia el ruedo junto a la manada. Trato de no perderle de vista y entro junto a él. Los capotes del publico se mueven sin cesar para a los toros encerrar. Este me mira triste y entra sin saber el fin.