PROFECÍA
Ainet Lamelas Madrigal
Aquella noche en el sueño, le leyeron la muerte en la palma de la mano. Morirás joven pero feliz, le dijo aquella voz. Cuando llegó a los corrales al amanecer, el recuerdo le vino a la memoria como un soplo de viento. Al principio se sintió en calma, arropado por el ambiente de carnaval y el júbilo de la muchedumbre que lo contagiaba, y él se dejaba llevar; pero al oír el sonido del disparo que sacudió levemente la tierra, notó el corazón desbocarse por el ímpetu de la primera vez. Lo mejor será rozar al toro, sentir sus bufidos en la nuca, pensó. Echó a correr a toda prisa por la pendiente con los cuernos a la espalda, atrapado en medio del enjambre que lo sacudía como una marioneta; atravesó la curva donde un rayo de luz lo encegueció de pronto haciéndolo perder el equilibrio, perseguido todavía por la incansable bestia; de repente sintió el azote de una cola, como si hubiera sido alcanzado por un látigo… No hubo tiempo de reaccionar, porque antes de llegar a la plaza, cuando el asta afilada lo sacudió violentamente y viera su corta vida pasar ante sus ojos, supo entonces que tendría que aceptar su destino.
VIDA Y MUERTE DE UN RECUERDO
Francisco Sánchez Salazar
Debía rondar los diez años al descubrir que mi primer recuerdo era inventado.
-¿Qué no desarmé al Zaldiko?
-¿Qué nunca driblé al Berrugas?
Tampoco logré zafarme de Caravinagre y su habitual mala uva.
Esperé al seis de julio y busqué un kiliki. Brazos en jarras pañuelo al cuello… y le dije:
-No tienes huevos.
LOS ÚLTIMOS 15
Germán Ortiz Alberca
Los últimos quince observé desde la ventana de mi estudio, como serían esos Sanfermínes. Difícil tarea. Seleccionar,escuchar,intuir.Calzaba entonces mis pies y recorría esta bonita ciudad. Sus esquinas mágicas, esa mítica curva donde resbalan pezuñas y transpira la piel del animal noble. Inspiración. Abría los ojos y me disponía entonces, impregnado por ese espíritu Sanferminero sin igual, ha plasmar una tras otra,las canciones que la gente bailaría ese año. Tras quince años, ya se había convertido en un clásico y por ello gente de aquí y venidos de fuera, de las peñas y del otro lado del charco, de bares, locales y discotecas, semanas antes ya estaban pendientes de lo que iba cocinando en mi estudio.¿Cómo va el Sanfermix? Quien dijo presión. Al igual que el corredor que espera a que se dispare el cohete para comenzar el encierro, mis nervios de la misma manera estaban a flor de piel, tenía que estar a la altura de la mejor fiesta del mundo.Pobre de mí. Corría para que no me pillase el toro.6 de Julio. Chupinazo,comenzaba el recorrido. Junto a mis allegados escuchábamos el Sanfermix bar tras bar viendo a la gente bailar. Feliz por aportar lo que mejor se hacer a esta fiesta.Gracias Pamplona,gracias Sanfermín.