BROTE
Angel García García
Hoy de repente me surgió tu nombre. Brotó entre el silencio de mis días, me asaltó cuando miraba la ventana y yo, no supe que decir.
La luna se vistió de blanco, anillos rojos de fuego como el vino tinto, como la sangre, como tu bandera. El suelo se volvió adoquín, duro, cálido, cargado de historias de antaño, herencia de fuerza y vida.
Como un susurro me posé en la ciudad. El tiempo perdió su torpeza y pasó a formar racimos de minutos y segundos, mágicos, cautivadores. Inmerso en un mar de gente, formando uno, ajeno a lo absurdo de los días, el corazón latía, lo podía escuchar entre el gentío y los latidos ajenos.
Silencio. De repente sonó el silencio. Y se disparó como un relámpago el sueño.
-¡Viva San Fermín!
BELLO SAN FERMIN
Mº Esther Ruiz Zumel
Pamplona bella rompiendo fronteras, Escritores famosos en letras de oro a tu fiesta honraron, Florecen cuando el calor de Julio arde en cada baldosa . Plaza rebosada de pañuelos rojos mezclados con el blanco esperan aquel chupinazo que simboliza fiesta. Una semana frenética da trabajo a San Fermín, Madrugados corredores piden tu bendición para que les protejas de los cuernos toros que atravesarán calles estrechas corriendo detrás de multitudes de personas desafiando al miedo. El peligro se masca en cada piedra del recorrido hasta la plaza dejando algunas huellas de valentía,Sangre y en ocasiones muerte Símbolo de dolor. La canción lo dice ir a Pamplona con una bota
que regara durante siete días la vida de una ciudad que no encuentra el silencio. Disfrazando penas con alegría que hay que aprovechar porque cuando todo vuelva a la normalidad las tristezas volverán resucitando por el vino que en una semana ahogo. San Fermin tu ciudad pide tu ayuda para disfrutar, Niños venid a los carruseles de la felicidad,
Esas personas con la piel plegada observan con un silencio mudo las correrías de su juventud, Fiestas que todos los
que te visitan disfrutan de esa alegría acabando en pobre de mi. Viva San Fermín. Siempre volverá
UNA FIESTA PARA TODOS
Amaya Urtasun Vidarte
Hoy 6 de Julio, me he levantado con el alba, y rápidamente me he puesto en marcha.
Miro al frente, decidido a comenzar una nueva etapa, el sol luce en lo alto, pero la frescura mañanera me recuerda dónde estoy, el tintineo de la vieira atada al palo, me recuerda mi destino.
Al pasar el Portal de Francia, un escalofrío recorre mi cuerpo. Las sensaciones que vivo cada vez que consigo una etapa son de alegría y satisfacción.
Pero esto es distinto, si bien en el Camino me he topado con gente y lugares interesantes, lo que hoy estoy viviendo no es comparable:
Una fiesta continua en esta ciudad rodeada de murallas, que un día protegieron del enemigo, y ahora se abren acogiendo al visitante.
Todo forastero es bienvenido, y todo el mundo lleva el atuendo blanco con pañuelo rojo.
En la fiesta no falta la comida, la bebida, la música por la calle y los festejos taurinos. La alegría se contagia y todo el mundo disfruta de la manera que más le gusta.
Creo que me quedaré a conocer esta fiesta en la que, durante ocho días y ocho noches, la ciudad no duerme.
San Fermín, desde siempre, una fiesta para todos.