VII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


GUASAPEANDO SANFERMINES

Angel Merino Villafáfila

«Wenas. Q tal? ». «Stoi en el Momento con la que pasa. Digo comparsa». «Riau riau». «Qué espectáculo tía. No cabe un alfiler». «Nada de bbr q mañana corres el entierro, ¿no? Encierro, joder». «Con la txapela del aitona. Y el pañuelico, que no me lo quito hasta el Pobre de mí». «Macero, macero, ponte el pelucón». «Mñna tengo el día kagadito». «KaRgadito». «Este trasto escribe lo q quiere». «No. Estás pedo». «Avalancha!!!». «Movimiento sexy». «Esta noche me tienes que dejar tranquilo». «A qué hago chas y aparezco a tu lado». «Eres capataz». «Y tú disléxico». «Yo soy el pato Lucas». «Quiero verte tontorrón». «Y yo me dejo cuá cuá cuá cuá ». «En el Castillo fuegos». «Mola tía». «Kalimotxo y petas». «Jotera!!! Un momentico!!!». «A k hora?». «A las diez en el Iruña». «D+iao pronto». «A y media». «OK». «A2 wapa». «Bsts». «Esto, una cosa: que no habrás pensado que tú y yo… Vamos… Que voy a pillar». «¡Qué dices, tía! Que nos cocemos de toda la vida. Conocemos». «Ah, vale. X si acaso». «Me mataste». «Que te den cariño». «Te comiste la coma. Falta una coma. Contesta… Es que te den (coma) cariño, ¿verdad? Con la coma. Eh?… Responde joder…».  

EL DESAHUCIO

Juan Molina Guerra

Fermina sintió dos hilos húmedos despeñándose por sus delgados pómulos. La gente matándose a dietas y ella consumiéndose sin pretenderlo. Su hija le preguntó: “¿por qué lloras?” Ella le tiró del bajo del pantalón y prendió un alfiler en el dobladillo. Levantó la cara y vio a su pequeña tan hermosa: el pantalón blanco, la blanca camisa y el pañuelo rojo. ¡Si su padre pudiera verla…! Se incorporó y vio el triángulo del sobre del banco que sobresalía bajo el costurero. Se mordió los labios y luego contestó: “me acuerdo mucho de papá, ya sabes cómo le gustaban los encierros”. La niña la abrazó y ella se inclinó para besarla. Por la ventana se colaba el sol de julio, el fragor del gentío y la música de las charangas. Pamplona era una fiesta. Esa noche se atareó en la costura y planchó con mimo el traje sanferminero. Ya en la cama, leyó de nuevo la carta, como si no acabara de creerse lo que estaba leyendo. Poco a poco, las emociones del día la fueron sumergiendo en el sueño. Cuando despertó, la carta todavía estaba allí. 

LA PASIONARIA

Mar Campdepadrós Martín

Mi amor es una arma de doble filo. Pongamos de luto a la tranquilidad, encerremos la monotonía. Si salgo es para lucir, para tentar, para enredarme al cuello de cualquiera para que tú, para que tú te fijes y me persigas. En el candor del amanecer del verano, en la lluvia de rocío tinto que florece en los adoquines, flor de la sidra. Y huiré con millares de pasos entre millones de anhelos, para que tu vista se nuble y tu olfato se confunda entre el imperioso deseo de abrazarme con violencia. Hasta que me encuentres en el círculo sin salida, alma a alma. Entonces nos miraremos a los ojos, y verás que mis advertencias no eran vanas. Embestirás con fuerza, unidos en un abrazo de sudor y de fuerza, hasta que mi amor de doble filo ciegue tus aspiraciones de llegar a anclar los cuernos en la tierra; en temprana hora subyugaste tu templa al rojo carmín del vino tinto.