VII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


MIEDO Y ARROJO

María José Toquero Del Olmo

Te vistes de blanco y anudas la faja roja alrededor de tu cintura. A San Fermín te encomiendas y le pides guía y protección. Escuchas el chupinazo. Todo tu cuerpo en alerta . Presencias la estampida de los toros. La tensión es máxima. Tu corazón estalla. Muchos antes que tú sintieron el mismo miedo y el mismo arrojo. En este momento te fundes con el cazador prehistórico. Eres el hombre de la tribu que corre ante la manada. La testuz de un uro salvaje se levanta amenazante sobre ti. Sólo piensas en correr, correr y liberarte de la cornada mortal que te amenaza.  

NAROA Y YO

Felix Senis Diez

Desde que la conocí, hace ya tres años, supe que sería la mujer de mi vida. Coqueta y feliz, me arrastra ahora, Estafeta abajo, salvando los empujones de la gente. Se diría que tiene prisa y, a veces, suelta mi mano y camina unos pasos por delante. La siento observada y no puedo evitar que los celos me pellizquen el alma. Después de algunos pasos, se da la vuelta, se lanza a mi cuello y me muerde la oreja. Ella sabe que este mínimo gesto me convierte en el hombre más feliz del mundo. A la altura de Mercaderes vuelve a provocarme. Apoyada en el vallado del encierro, se deja abrazar por el sol de mediodía. Se mira las bailarinas rojas. Alisa su falda. Pone orden en los botones de su blusa. Me mira…, y se ríe. Sabe, como nadie, administrar esos chispazos que enamoran.
Por fin llegamos al Ayuntamiento. Deposita en mí sus miedos y se introduce en el bullicio. La pierdo de vista unos segundos y…¡uff!…vuelvo a verla correr sobre sus pasos.
-¡Corre papá!. ¡Corre!.
Y,aterrado como un niño, contemplo en el reflejo ámbar de sus ojos, cómo Caravinagre se acerca amenazante hacia nosotros. 

EL SEÑOR FABIO EN FUGA

Josep Turon Triola

¿Su nombre? Señor Fabio. Hoy sus facciones son fuertes, siempre serias, de fracaso sin soterrar a fuerza de secretos salvajes. Algo feo, sí. Seamos francos, fanfarrón y severo suele serlo, no finge. En su fuero se sabe con firmeza y fe suficientes; y frialdad, y formación. Y con la sobrada serenidad con que ha soportado la soledad del sendero. Saca el fajo de la faja sabina. Silba el señuelo de la fanfarria. Suelta fuelle. Siente el fuste feroz de la sangre en las sienes, la señal favorable del sudor súbito. Forcejeo en un flanco, follón, fibra frente a frente. Fuera de foco, una señorita sonríe. El señor Fabio se acuerda de Flor, su señora; solía sufrir siempre: “Fabio…” Una fracción y ¡fuego! Sueltan las fieras. Saltan fogosas en furibunda simetría, sacudida de furia, fauces sollando sobre un suelo. El Señor Fabio sostiene la formación. Seis. Siete segundos y fin del suspense. Sale en fuga el Señor Fabio, firme y sereno, y en el fragor de la fiesta sube como una flecha, feliz: sanfermines, siempre.