A LA VISTA
Ana García Paniego
Nos enmarañamos entre segmentos,
curvas y aristas
Sobrevivimos,
sobrevolamos
Allí, se entrelazan las estrellas.
Por allá, bailan las Perséidas
El sol busca a la luna,
uno y otro día
Y cruzamos estaciones,
y saltamos las hogueras.
Debemos alcanzar las coordenadas correctas
Nos acercamos.
Iniciamos entrada en el cuadrante
verano primero
Siete del siete, a la vista
Pero ya en el punto seis,
la ebullición, emana.
Cuentan innumerables leyendas
Nos adentramos en el siete,
sube la ratio como
explosivo
zigzag
Se ilumina el rojo,
flasean los blancos destellos
La gráfica de emoción
asciende durante siete escalas
Y la magia alimenta engranajes
De mañana,
Negros cuernos, como corcheas en pentagrama
recorren veloces la carrera
De madrugada,
retumban griterío, risas y algarabía
Mientras tanto,
La luna y el sol juntos en el cielo danzan.
Pero el baile toca a su fin
y se pierden en el infinito
Comienza el descenso a la realidad
Las estrellas se ocultan
Se inicia la dura cruzada,
ruta de más de trescientas órbitas
que pausadamente retomamos,
para alcanzar las coordenadas, de nuevo.
En el cuadrante superior derecho
A la vista, Siete del siete
ALGARABIA
Mª Luisa Caballero Ruiz
Yo si pobre de mi, siempre vi como disfrutaban la gente, que felicidad comparten, y yo pobre de mi siempre desde la barrera.
Ya me hubiera gustado disfrutar de unos San Fermínes, cantar al Santo, como los demás se me pone a carne de gallina cuando me imagino corriendo delante de los toros, los cabestros, y todos los corredores, me entusiasma el pensar en esos animales, (bestias). Maravillosas «bestias» , formando un movimiento conjunto o estampida -personas y animales- negro y color, todo desborda frenesí, porque ellos no perdonan un traspié su gran volumen su peso su rapidez, no son animales indefensos, sus astas como lanzas o espadas, pueden penetrar a todo aquel que cometa el error de acercarse demasiado.
Y ¡Yo pobre de mi!, aquí viviendo la emocionante carrera, El chupinazo, la salida, los cabestros y esas bestias maravillosas que en carrera limpia llega hasta la plaza. La algarabía el jolgorio, la fiesta, es mi sueño estaré allí cualquier día de San Fermín.
BAILES DE COMPARSA
Miren Valencia Ran
La mañana se viste de blanco y rojo rociada de nervios, ganas y emoción. Se me dispara la ternura al verles llegar desde lejos con su mezcla y su diversidad. Cuatro figuras femeninas, cuatro figuras masculinas, diferentes continentes unidos para bailar a un único ritmo. Exaltada me acerco y observo sus trajes, abalorios, amplitud. Me hago un hueco llegando a sus adentros sintiendo su esencia, impregnándome de su vitalidad y colocándome en su procedencia. Por un momento imagino la más absoluta mezcla, unos bailan con otras, otros bailan con unos, no es lo establecido, esta vez es lo elegido. Me asomo al mundo de nuevo y más variedad puedo llegar a divisar. En este caso kilikis y zaldikos bombardean con carreras y vergas, toda una locura bañada de diversión, llanto, excitación. Un cabezudo más moderado me tiende su mano, es más comedido y entiendo su interés por contactar conmigo. La música marca la salida, las vueltas, el movimiento de grandes, pequeñas y pequeños. Son días de baile, son días de son, son días de una grande comparsa de cabezudos y gigantes que entra en acción.