VIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


UN DÍA DE TRABAJO

Francisco Javier Conejo Hidalgo

Unos tímidos rayos de sol dan la bienvenida a una nueva jornada. Todavía son muchos los jóvenes que deambulan por el casco viejo pamplonica a ritmo de cánticos, bailes y risas. La noche llega a su fin, pero la vida no se detiene.
Mi despertador sonó incansable a las cuatro. No eran muchas las ganas de levantarme pero, como decía mi abuelo: “ Primero está la obligación. Después, la devoción.”
Salí adormilado a la calle. El aire fresco de la madrugada quiso colarse por cada resquicio de mi cuerpo. El jolgorio dominaba todavía el ambiente. Mis ganas de fiesta se habían quedado tendidas en aquella cama aún caliente.
Llegué a mi lugar de trabajo y me calcé el uniforme antes de subirme junto a mis compañeros al camión. El hedor que desprendía era nauseabundo, pero sabía que enseguida me acostumbraría a él, en cuanto comenzara nuestra labor. Recorrimos las calles, una por una, recogiendo la totalidad de desperdicios que la fiesta genera.
A las diez, agotados, finaliza nuestro cometido por este día. Un buen desayuno compuesto por un humeante chocolate con churros y ahora sí, terminada la obligación, comienza la devoción. Ahora… ¡A disfrutar de las fiestas de mi pueblo!
 

NEVER-NEVER LAND

Graeme Galloway

There’s nothing in the world that compares to the approach of the fiesta. The anticipation is so real that you can taste it; the simmering sense of impending joy and danger, which combines to form such a wonderful cocktail you are surprised it’s not illegal. The countdown begins on the first of January, it is then we put away the memories and unveil the crystal ball view of the fiesta to come. We have sustained ourselves with stirring memories of the fun and friendship we experienced last July. The fiesta had delivered, another nine wonderful days when we lived for the moment, like Peter Pan’s lost boys living in Never-never land, only in this version we ended up in bed with Tinkerbell!
As you leave to run with the bulls, she reminds you.
“Don’t stop believing in Fairies”
Suddenly you see yourself as Bogart.
“Here’s looking at you kid” you whisper.
“Kiss me. Kiss me as if it were the last time.” She replies falling into the Ingrid Bergman role like only a good fairy could.
As I walked out into the streets of Pamplona, I knew I would survive the bulls, but I also knew in my heart that Tinkerbell was history. 

APELLIDOS QUE EMPIECEN POR H

Esteban Torres Sagra

Ante decisiones trascendentales –y ésta de ir a Pamplona lo es- suelo documentarme. Los grandes pensadores me inspiran y me dejo aconsejar por ellos. Ahora, que falta poco para San Fermín, abro la consultora del señor Google y, metafóricamente, pregunto qué hacer a quienes surgen: Con la “n”… Nietzsche: – Dígame, Friedrich, ¿debo correr delante de los miuras?- y él, desde la wikipedia, responde: “Lo que no me destruye me hace más fuerte”, con lo que interpreto su voto como favorable. Después por “m”. Aparece Murphy, el de la Ley: “Si algo puede salir mal, saldrá mal”. Por tanto, empate. Luego con “o”, y espeta Ortega: “La vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada”. Dos a uno: Gana el sí. Pero pronto descubro con “c” que: “Un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”, firmado por Churchill e igualando de nuevo… ¡Así no hay manera de decidir nada!. Buscaré al último y que sea el árbitro… A ver, que escoja mi hija la letra, para eso es su primer cumpleaños… ¡No pronuncia todavía!. ¡Ah, claro, ya entiendo su elección: la letra muda! Haré lo que me aconseje alguien –neutral, espero – cuyo apellido empiece por… ¡h!.