TENSA ESPERA
Juan Carlos Perez Lopez
Washington, 1954
Desvelado, escucha el impacto seco de la madera en el suelo; le ha avivado un manojo de nervios en las entrañas; levantado un remolino de emociones que le deja a pie de cama los recuerdos de cuando pasó su primera noche en Pamplona, una larga madrugada esperando las claras del día para correr su primer encierro de San Fermín. Entonces tampoco pudo conciliar el sueño. El eco de los martillazos de los operarios preparando las talanqueras a lo largo del recorrido del encierro se metió en su cabeza. Ahora todo suena igual. Incluso las sensaciones que lo azoran son idénticas a las vividas durante aquella tensa espera: el vacio quemando el estómago, la sequedad de boca, el aire que parece no llegar a los pulmones, el corazón acelerado, temblor de manos, un hormigueo en las piernas que impele a salir corriendo incluso cuando los toros siguen tan tranquilos en los corrales… miedo a morir que se convertirá en una carrera por la vida tras el estruendo del cohete que entintará el cielo con una bruma de pólvora quemada.
Una tensa espera; ayer como hoy, mientras construyen el patíbulo en el patio de la prisión. Anhela un cohete… una llamada de teléfono. Vida.
MÁGICOS ENCIERROS
Josep Manuel Segarra Belles
Mágicos encierros, cuentos de amor, evento de duendes, cuando los
toros aparecen de añoranza se muere.
Mágicos encierros, cuna de encantamientos, hermosas calles, catedral en el cielo
suspendida, para siempre encantadas! Garras del bosque, brujas y duendes, cantad,
cantad , yo digo llorando en bosques y riberas : adiós!
¿Dónde encontraré tus encierros de toros, tu cielo dorado? ¿Dónde encontraré
estas magias, bello valle? No veré esta hermosa catedral, ni esos encierros,
joyas de la corona que te puso Dios.
Mágicos encierros, divertidos y de reluciente color, os siento en lo
más profundo de un fuego ardiente, que me consume en llamas cada día sí no
puedo oler vuestro olor excelente.
Mágicos encierros , os quiero ver más! ¡Oh! si el foso donde yacen
encantamientos, yo la cama tuviera! Oh mágicas Fiestas, cuento de amor, el viento
que me destierra que me hace sufrir! estás encantado, mágicas Fiestas,
magia de San Fermín.
MICRORRELATO VERSIFICADO (A VECES)
Jose Javier Muerza Serra
Los relatos que preceden
las Fiestas de San Fermín
son un preludio perfecto
para las fiestas de aquí.
Si resulta complicado
destacar una vivencia
de tantas que se producen
a lo largo de los días,
y sus respectivas noches,
supone un reto arriesgado
condensar en dos centenas
de palabras
las horas en que transcurren
los millones de experiencias
que suceden frente a ti
del «cuete» al «pobre de mi».
Las charangas, los bailables,
los kilikis y gigantes
almuerzos, comidas, cenas,
ropas limpias, las verbenas,
dianas, gaiteros y chistus,
jotas, conciertos varios
las barracas, los teatros,
circo, noria, las piscinas,
vendedores ambulantes,
los encierros rutilantes,
espectáculos de calle
con o sin preparación,
el aliento de los toros,
las corridas bi-polares
de seriedad y populares
el calor, las noches locas,
la Procesión…
sorpresa en cada rincón;
las bandas de jazz…
las risas, el colorido,
el derroche, el despilfarro,
todo eso mucho más;
la amistad. la convivencia,
todo aquello que refuerza
lo propio, sin descuidar
lo que nos viene de fuera,
que quien quiera
pueda disfrutar sin más
respetando al compañero
hasta otro «Uno de Enero
dos de Febrero…»
y poder llegar al fin
de Fiestas de San Fermin.