X Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


DE MANO EN MANO

Roberto San Martín San Julián

El chupete. Aquel que un día se llevó un gigante. Sanfermines de silleta. Atascos por las calles siguiendo a la comparsa. El teléfono escrito en mi antebrazo. ¡A las barracas! Los caballitos, el tren de la bruja. Un algodón de azúcar que me ensucia la cara. Las toallitas de mi madre. Un globo. La verga del kiliki. El zaldiko. Corriendo en el torico aúpa de mi padre. Bombetas. La ficha naranja para los autos de choque. Revolution. La paga de mi abuela que vuela de mis manos. Amigos y libertad. El champán para tirar. Esa riñonera donde cabe todo lo que necesito. El móvil viejo por si lo pierdo. Los primeros cachis, algún que otro cigarrillo. Las gafas compradas a un mantero. Los churros de la Mañueta al volver a casa. Los cubos de la plaza y esa bota llena de mezclas imposibles. La pancarta de la peña. Mi novia. El periódico enrollado corriendo por la Estafeta. El almuerzo. Mi mujer. Una tarde de paseo y un bocata en el bosquecillo. Las casas regionales. Las lágrimas de mi hijo asustado por los fuegos. El vermú. El frito empapando de aceite su servilleta. ¡Hija, ten cuidado! De nuevo el chupete colgado de un gigante.  

SIN TI NO SOY NADA

David Martínez Abárzuza

Tú, que cuidas con recelo la imagen del Santo y cada día con mimo la llevas al cobijo de la hornacina para que nos proteja.
Tú, que nos haces bailar, reir y danzar siempre sonriente y concentrada al son de tu txistu.
Tú, que desde el blacón nos has hecho llorar y estremecer tantas veces con tu voz, tu sentimiento y tu pasión hacia San Fermin.
Tú, que me acompañas y compartes conmigo cada baile, cada bocado y cada vivencia de la fiesta.
Tú, que aguantas lo inimaginable horas y horas detrás de la barra, del mostrador o sufriendo de sol a sol a lo largo de nueve días.
Tú, que vienes a nuestra ciudad a soñar, a vivir, a disfrutar, y siempre dispuesta a regalar tu alegría.
Tú, al igual que mi hija, mi mujer, mi madre, mi hermana, mi amiga, mi abuela… eres la que mantiene viva nuestra fiesta. 

NÁUFRAGA

Marcos Dios Almeida

En medio de la marea humana estaba a punto de naufragar… Era menuda, tenía cara de niña… Vestía, como todos, vaqueros, camiseta blanca y pañuelo rojo, pero el alcohol se había adueñado de la peña y pronto un vaso de kalimotxo se estrelló contra su escotadura.
Su cuerpo mojado se convirtió en el remolino alrededor del cual giraban decenas de escualos. Justo entonces un embriagado mastuerzo decidió sobarle un pecho.
Ipso facto comenzamos a abuchear al delincuente, por lo que el muy cobarde se vio obligado a abandonar la Plaza Consistorial.
Poco después me acerqué a la víctima, y en mi móvil le mostré el vídeo que había grabado de la agresión. Recuerdo que la temblorosa chica me pidió que la acompañara hasta la comisaria de la Policía Foral, y que allí tras hacer la denuncia pertinente se montó un operativo para hallar al prófugo.
Horas más tarde la vi con sus amigas durante el chupinazo, mas no quise molestar. Quizá vuelva el próximo año… Quizá para entonces ya no observe a todos los hombres como si fuéramos piratas de alta mar.