X Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


A PAMPLONA HEMOS DE IR

María José Lombraña De Los Ríos

Lección magistral de conversación y cultura. Suena el timbre para entar en clase. Son las 7.55 de la mañana. Instituto lingüístico Alessandro Manzoni de Turín. Los alumnos, la gran mayoría chicas, van hacia sus pupitres y, sin que nadie les diga nada, abren sus libros. Hoy toca el capítulo de fiestas. Koldo, el lector de lengua y literatura castellana, está acostumbrado a tratar con los mismos tópicos. El día de san Fermín… ¿no es el once de octubre? No, chicas, es el siete de julio. Pero, ¿se hace una corrida? No, se corre por las calles delante de los toros…Pero, ¿ por qué se visten de blanco con una faja y un pañuelo rojos? Pues sinceramente, no lo sé, forma parte de la tradición. Profesor, yo quiero ir a ver el ambiente en julio. Se levantan un montón de brazos y casi todos al unísono repiten: y yo, y yo,y yo también. Inevitable la propuesta de Koldo: os acompaño a las fiestas del año que viene. Próximo destino de nuestro viaje de estudios: indiscutiblemente, Pamplona. Allí hemos de ir con una bota y un calcetín 

TODO VALE

Rocío álvarez De Eulate Gámez

TODO VALE
Todo vale. Nada importa. Los pamploneses y sus los visitantes se visten de blanco y rojo, “somo todos iguales”. Nos permitimos saludar e incluso invitar a un pote a esa compañera de jornada a la que diariamente apenas si dedicamos un gesto de cabeza cuando nos cruzamos. Pero en sanfermines somos todos muy majos, hasta hablamos con gente que no es de la cuadrilla. Miles de euros invertidos en la seguridad de un espectáculo que dura escasos minutos, lo que los mozos y mozas tardan en hacer el recorrido delante de los toros. Productos especiales para que el orín se desprenda de las paredes. Basura a raudales. Cópulas en cualquier espacio de la ciudad, bucólico o no. Rutas turísticas que incluyen salto desde la fuente de Navarrería. Campañas señalando los lugares no aptos para que mujeres solas regresen a casa. Tiendas clandestinas que surgen de la nada, en las que antes se vendían bragas y ahora sangría en vaso de plástico a quince euros, eso sí, fresquita. Y de todo esto hemos conseguido que la palabra “manada” ya no aluda al grupo de toros que sube desde la Rochapea y tenga un sentido tan frustrante como deleznable.
 

¡SAN FERMÍN PREPÁRATE, QUE LLEGAMOS LAS DE TERUEL!

Celia Quintana Sanz

Maleta: preparada.
Mochila: preparada.
Móvil: cargado y listo.
¿Qué se me puede estar olvidando? Llevo el monedeo lleno de dinero, el DNI y el carnet de conducir. También he comprobado haber cogido el cargador del móvil, las gafas de sol y la crema protectora. En fin… si me dejo algo espero poder comprarlo por el camino o rezar para encontrar alguna tienda abierta, aunque lo dudo mucho.
Estoy tan nerviosa… ¡no puedo creer que vayamos de verdad! Por fin hemos podido acoplar todas nuestras agendas y emprender el viaje para una de las mayores fiestas ¡San Fermín prepárate, que este año llegamos las de Teruel!
Oigo sonar el timbre y corro impaciente hasta la puerta cargada con las maletas. Menuda la que estoy liando… como siempre se nota que soy aragonesa y llevo la maleta repleta de “por si acasos” que sé, no voy a utilizar pero… nunca se sabe.
Cecilia al verme sale del coche e intenta ayudarme. Entre las dos conseguimos meter todo en el maletero (lleno de los “por si acasos” del resto además de por el equipaje) entre las risas de Diana, Paul y Ania.
Una vez dentro del vehículo subimos la música a tope y… ¡empieza el viaje!