X Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


EL ARTE DE LA GUERRA

Martin Sakamoto

Don Juanito dejó el libro del autor chino sobre la mesa de luz y abrió la puerta que no dejaba de sonar. Al asomarse, el administrador le señaló el lobby y vio al americano corriendo en paños menores a dos jovencitas que salían por la puerta hacia la calle. Se acercó y el olor etílico le llegó a los pulmones. Al voltearse, el gringo de buen porte y con aires de boxeador le sonrió. “Nunca se debe atacar con cólera y con prisas”, recordó.
Jamás sabría que la sonrisa y el eventual perdón por aquella conducta reprobable en su hotel Quintana, harían que Pamplona se hiciera conocida en el mundo por “Muerte en la Tarde” de Ernest Hemingway.
 

COLORES QUE EL OJO NO VE

Juan Francisco Pelayo Moles

Hay un color recién descubierto en el espectro lumínico, invisible, al que han llamado bricum. Parecería magia, pero si te tiñes de él, crea un aura a tu alrededor que te hace transparente e inmune a las leyes de la física. He dicho parecería magia, pero lo es, al menos así lo ha manifestado su descubridor, un chico de veintitrés años, estudiante de química, norteamericano, que para probarlo está en Pamplona una mañana de sanfermínes de dos mil dieciocho, en medio de la calle Estafeta, esperando la llegada de los morlacos con un traje color bricum en la mochila.
Ahora que las pezuñas truenan cercanas, es hora de repasar mentalmente las instrucciones que se ha dado: cubrirse rápidamente con el traje, de la cabeza a los tobillos, quedarse inmóvil, lo suficiente como para sentir las sucesivas oleadas de los astados escabulléndose por ambos flancos de su cuerpo. No va a ser embestido…será magia.
El norteamericano, metódico, entusiasta, recuerda demasiado tarde, que los toros son daltónicos y que tal vez confundan el bricum con el rojo. 

EL ALMUERZO DEL 6

Txema Sexmilo Ayesa

El día 6 se almuerza en mi casa. Es la tradición. Y es que en Sanfermines todo es tradición. A las nueve de la mañana pongo las dianas y despierto a mi familia y (creo) a algunos vecinos. Es que no lo puedo remediar, es la forma de empezar de siempre. Ahora baja tú a por el pan (que sobre, eh?), tú empieza a cortar chorizo y salchichón, saca el vino porfa, dónde ponemos las magras, quién se encargó del tomate que no lo encuentro… y todo con unas cosquillas en la tripa que ríete del examen de conducir.
El primer momento de subidón sanferminero es la llegada de los primeros amigos. Qué abrazos, qué besos, qué risas, qué blanco todo. Luego a sentarse y a comer y beber como si fuera el último día de nuestras vidas. Qué cuadrilla, madre mía, se lo meten todo, parecen el cubo de la basura. Y con los colores puestos, No te vayas de Navarra, Qué bien me sienta el marisco, Ya no vienen los que antes venían y trago va y trago viene. Así lo hacía Matusalén.
Y cuando se acaba todo y salimos a la calle… otro cosquilleo mayor. Qué momento, qué momento! Ffffssshhh… Pum!