DESDE SIEMPRE
Enrique Gregorio Paton Benítez
Expectativa, emoción, tensión. Dónde la faja roja, dónde el pañuelico, y esas alpargatas desgastadas de todo los años. Prisas, carreras, incontables paradas. Conocidos, amigos, amores que fueron y que tomaron otros derroteros, otros que nunca serán. Risas, abrazos, bailes malditos. Aquelarres a la luz de la luna y gigantes danzando al son de viejas tonadas. Y niños, muchos niños entusiasmados, aferrados a sus madres, aupados a hombros de sus padres, disfrutando de cada instante. Nuestro pasado, nuestro futuro.
Recuerdos. Muchos recuerdos. De historias vividas, aventuras compartidas, momentos irrepetibles. Un año más, aquí estamos. Nuevas caras, presentaciones, promesas. Besos. Parece que no pasara el tiempo. Beber, comer, paladear cada resquicio del festejo. Aprovechar al máximo, tensar la cuerda hasta que no aguante más. Y descansar, lo justo, para volver a empezar.
Después, la nada. Aceras desiertas, plazas vacantes y grandes monstruos enseñoreándose de las calles. Escupiendo agua, llenando de ruido el silencio de una ciudad herida, dolorida, casi abatida. El despertar a un gran vacío que sólo llena la certidumbre de que volverá a repetirse. Como cada año, durante toda una vida, desde siempre.
EL AÑO QUE VIENE… ¡NOS VEMOS LAS CARAS!
María Teresa Ciáurriz García
El año que viene… ¡Nos vemos las caras!
Sanfermines, 14 de julio. Avanzaba la mañana, la multitud me rodeaba y yo repartía vergazos a diestro y siniestro. De pronto…, apareciste tú, un mocoso, apenas diez años, y me retaste: ¡Eh…, caraculo! ¡A qué no me pillas…! Te escabulliste, tan rápido, que no pude alcanzarte.
¡Chaval…, un respeto! Yo soy el Kiliki Caravinagre. Cómo no sabes mi historia, te la voy a contar. No soy el más viejo de los kilikis, vine a la comparsa en el año 1941, mucho después que El Coletas, El Barbas, Patata y Verrugas. Pero, en poco tiempo, me había convertido en el favorito de muchos niños. Como no tenía nombre, algún pamplonés me llamó Caravinagre, el nombre con el que hoy me conocen todos.
Debo de ser alguien muy especial…, soy el protagonista de cinco de los carteles que anuncian las fiestas de San Fermín. ¡Y yo me siento tan orgulloso!
Que lo sepas…, me he quedado contigo y el año que viene ¡Nos vamos a ver las caras!
TEN CUIDADO CON LO QUE DESEAS.
Alberto Eransus Antoñanzas
Al recibir la temprana caricia del sol constata que nada es cotidiano. Los bostezos vespertinos se convierten en dianas desenfrenadas. El vestir, tan sucedáneo a esas horas, muestra los pecados capitales. Mientras tanto, lo irracional, pagano, ocupa la primera plana. Ese gentío danza, sin pudor, alegres. Mezcla de colonia y aguardiente.
Dentro de unos minutos, en la calle, se conjugará vida y muerte. Amalgama de todo. Bailes, sonrisas, cadencia. Hieratismo, liturgia, miedo. El tiempo, no importuna. Unos bailando, otros serios, inertes.
Borracho, de todo. Suma y sigue. Potosí. Todo lo que desees, sin derrumbarte. No quiebres la liturgia. Prosigue.
Tantas veces lo intentaste, en vano; quizás ya lo olvidaste. En tu manojo unas llaves, distintas. Dime tú artista, cuál de ellas prefieres. No aporrees las fiestas, ni siquiera sin querer. Aún puedes seguir disfrutando. No despiertes.
Aquí, en Pamplona, quizás todo lo que deseas, a veces se cumple. Así de fácil. Simple.
Soporta al prójimo, bebe y come todo lo que quieras. No te desmayes. Disfruta. Almuerza. Tradiciones y costumbres. Baila la alpargata.
Qué lejano queda el quince, cuando desfondado, te marches, para siempre quedarte. Caducando sin querer, ese alma circense.
Tan solo en ese momento, pienses, despegando , en los próximos sanfermines.