RECUERDOS
Francisco Javier Conejo Hidalgo
Viernes, 6 de Julio de 2018.
Intento escribir, como todos los días, mas hoy no puedo. Intento soñar, concediendo a mi imaginación la libertad de poder navegar a través del aire, de la distancia, del tiempo, mas me despierto. Intento volar cual ave desbocada y osada, mas mis alas están rotas.
Txupinazo, pasacalles, txistularis, verbena, encierros, amigos, diversión… Recuerdos.
Ansío estar allí, un año más, en la Plaza Consistorial, en la Calle Mercaderes, en Pamplona, mi Pamplona.
Los gélidos e insensibles barrotes de esta prisión me ahogan, suspiran por acabar conmigo, mas son esos mismos recuerdos los que me mantienen erguido, en continua lucha con la cruda realidad que marcó mi cruel destino aquella horrible tarde de invierno donde perdí la cabeza, donde perdí la vida.
– ¡Gora San Fermín! – Exclamo entre sollozos.
UN DÍA PARTICULAR
Elena Goñi Anzano
Llovía, Julio.
Corredores apiñados con sus periódicos enroscados en la cuesta de Santo Domingo.
Playeras encharcadas, camisas oliendo a sudor, miedo y lluvia. Mentes dispersas, fugaces pensamientos.
Un minuto y el portón dejaría paso a esos toros negros zainos, cuernos enarbolados.
José no había ido a correr, un extraño presentimiento se había apoderado de él desde las seis de la mañana cuando tomaba su ducha.
¡No!, no correría ese día, vería el encierro desde la televisión, tumbado en la oscuridad de su dormitorio, sin prisas, sopesando las gotas de lluvia que zumbaban iracundas en el tejadillo rojo.
Las Ocho. El cohete. Los corredores salen despavoridos.
José goza desde su cama imágenes de peligro, resbalones de lluvia, el estupor de algunos cuando se ven al toro a sus espaldas, cuernos que emiten pavor, tiranía, pero un momento… un corredor ha sido embestido… corneado.. dicen que es de Pamplona, ha resbalado… está herido… su nombre… José García.
José no podía dar crédito a sus oídos, Algo extraño se cruzó en su mente. Se levantó de golpe, se acercó al televisor, No cabía ninguna duda, era él quien tumbado en el suelo gemía de dolor, era él quien no había ido al encierro,
FIESTAS, TOROS Y ALGARABÍA
Juan Herminio García-zeballos
El chupinazo marcó el comienzo. Todo era alegría, juerga y diversión. Aquella fiesta esperada desde enero hasta julio, tal como narra la canción, había empezado.
Luego, la prisa frente a los toros, algunas copas, bailes por las calles y dejar de lado por unos días los problemas del trabajo, del hogar y hasta los del país, ya que aquí se viene a celebrar.
Conocer gente, pasarla bien y probar la típica comida navarra, son placeres y alegrías que contrastan con Pobre de mí, la canción del adiós, que en realidad es hasta el próximo mes de julio, donde la magia, la fantasía y hasta los milagros serán otra vez posible pues ¡por algo se está en San Fermín!