X Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


LA HUELLA INDELEBLE

Ana García López

Si yo tuviera poderes, le pediría amablemente a mi memoria que dejase de ser tan remolona. Y es que me gustaría recuperar recuerdos de tantos sanfermines pasados, deleitándome en el detalle, con pelos y señales, sin ese velo que difumina los hechos y atenúa las sensaciones.
Me tengo que conformar con darle lustre a la huella, una huella profunda, histórica, que siento adherida a mis entrañas; el resumen biológico de los años, días y horas degustando los sabrosos platos de un menú de semana tan rico en emociones, tan a pie de calle, tan tres estrellas.
Menos mal que a la nostalgia de lo vivido, le sucede el anhelo de lo por venir. Afortunadamente, en Pamplona, en San Fermín, el entretenimiento sale a tu encuentro y lo único que tienes que hacer es abrirle la puerta. No importa que los goznes ahora chirríen un poco. Cosas del tiempo.
“¡Abuela, que se está haciendo tarde!”, oigo clamar a mis nietos, “¿qué haces tan ensimismada?” Ellos no lo saben, pero algo se está forjando ya en su interior… En unos minutos estallará el chupinazo y ya no será un eco. Volverá a ser una feliz y palpable realidad.
 

BULLS, AFTER ALL.

Ignacio Alli Turrillas

The morning was cool, and a rainy night had left the surface wet. The cattle were dangerously close, huffing and almost ramming us. Every time we got too close, I could almost feel the hot steam that emanated from their nostrils. One of the bulls began to slow down, and then I saw myself face to face with him, both tense, challenging each other, until he was hit in the forehead with a birch rod, forced to turn around and follow the rest of the herd. After nine hundred yards all the animals entered the corrals. Fortunately, nothing happened that First of July. I closed the fence with the thirty bulls inside and took my horse into the stable. I was so excited for the trip! I went into my room, in the farm, and I picked up my backpack. The foreman had the courtesy to take me to the nearby airfield, in Victoria River Downs. I had fifteen thousand kilometers ahead, but Pamplona and my friend Miguel, herdsman in San Fermin, were looking forward to seeing an Australian cowboy in Estafeta Street. This time dismounted and in front of the bulls. 

DE BLANCO Y ROJO

Marian Tarazona Marqueta

De repente me di cuenta de que mi querida amiga me había tomado el pelo.
No tienes pérdida, me había dicho, tú llegas el día 7 de julio a Pamplona y verás todo lleno de gente, a cualquier parte que te dirijas, y mires donde mires, estará lleno. Habrá personas por todos los lados, hasta en los lugares más insospechados, pero no te asustes, el ambiente es increíble, con música constante, por el aire, por el suelo, en los bares o en las calles. Todo es alegre, y, aunque haya nubes, llueva o granice, todo es luz. Para encontrarme no tendrás problema, mi ropa será blanca y llevaré pañuelo y cinto rojo.
Y allí estaba yo, en medio de una marea de personas, entre olas rojas y blancas que iban y venían. Ilusa de mí no sabía que en Pamplona, durante los sanfermines, todo el mundo viste del mismo modo.