XI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


OTRO 7 DE JULIO

Amaya Gurbindo Izco

– ¿Crees que puedes venir así, a esta hora, en estas condiciones, con estas pintas?
“Vaya, ¡ya estamos! ¿Nadie le ha dicho que estas preguntas no se hacen la mañana de un 7 de julio?”
– ¿Y los niños? ¿No te acuerdas que habías prometido llevarles hoy a los gigantes?
“Si cree que estoy en condiciones de escuchar gaitas de algún tipo, se equivoca”.
– Tú verás qué les dices a tus hijos. Ayer tuve que ir a las barracas y no pararon de preguntar por ti en todo el día.
“Claro, claro, como si yo hubiera tenido un día tranquilo”.
– ¡Y además no dices nada!
– Javi, vengo así porque es 7 de julio, lo que significa que ayer fue 6 y que, por primera vez en 4 meses, salía con mis amigas. Disfruta de la comparsa y ¡hasta mañana!
 

LA HUIDA

Alfonso Garcia De Cortazar Ruiz De Aguirre

Ese año me fui de Pamplona el día 5. Había decidido que no merecía la pena quedarse, que me marcharía donde fuera, a cualquier sitio que estuviera lejos, cuanto más mejor. Días antes informé a mis amigos acerca de mi propósito y para justificarme ante ellos mencioné vaguedades, cansancio, deseos de cambiar, de alejarme del ruido, de las multitudes. Trataron de convencerme para que me quedara pero pronto vieron que mi decisión era firme y al final desistieron de intentarlo.

El día 5, con el sigilo de un proscrito en fuga, cerré la puerta de casa, bajé las escaleras, salí rápidamente del portal y me metí en el coche. Al arrancar di un suspiro de alivio al suponer que nadie me había visto y al constatar que, en cualquier caso, nadie de la vecindad me había preguntado con voz acusadora por el motivo de mi viaje. Al acercarme a la cabina del peaje de la autopista sentí que era la última barrera en mi huida. Entonces la vi. Viajaba en un autobús que salía del peaje en dirección hacia Pamplona. Estaba mirando absorta por la ventana. Nuestras miradas se cruzaron fugazmente.

Ese año volví a Pamplona el día 5.