XI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


CARTA AL TORO

Vittorio Caratozzolo

Estimado Sr. Toro:
quiero explicarle mis razones para cuando me encuentre en las calles de Pamplona, aunque viéndome desde bastante lejos.
Necesito subrayar que nada tengo en contra de Usted y que puede actuar como quiera, pero sin contar con mi trasero. Por lo que me concierne, no puedo transcurrir mi existencia con miedo a Usted. Mi filosofía es muy sencilla: ¿Toro? Huir. ¿Cuernos agudos? Huir. Acción y reacción, fácil y práctico. Tal vez salir a la calle para encontrarnos sin dejar que Usted me encuentre pueda parecer una paradoja; lo siento, pero no tengo dudas.
Así que, cuando Usted se acerque demasiado a mí, reaccionaré de la justa manera: piernas con ángulo de 110 grados en modalidad Speedy Gonzales. Y si lograra alcanzarme… me echaría por una ventana adentro, subiría por encima de un muro, me fingiría muerto en el suelo.
Sin embargo, le agradezco hacer correr adrenalina en mis venas; pero no piense quedarse en mis pensamientos, pasado el momento crítico: est modus in rebus, decían los antepasados.
No tenga Usted miedo de perder su trabajo: a los hombres nos gusta tener miedo, de vez en cuando.
Hasta la vista, pues, si bien con oportuna distancia.
Le saluda atentamente,
Macunaíma 

DISTINTO

Rafael Fuentes Pardo

Todo el mundo le había dicho que los que corren los encierros están hechos de otra pasta, que tienen algo distinto. Decidido a averiguarlo se trasladó a la ciudad y los estuvo observando desde diversos puntos estratégicos durante toda la semana. Pasaban tan rápido que no pudo saber qué era.