SU COMPAÑIA ME DA VIDA
Jorge Delmonte Vergara
El sol entraba por la ventana. Vestida para pasear oteaba los picos cubiertos de nieve. Antes que él, tenia uno, solo conversaba de coches, que agobio.
Sin embargo en el gimnasio cuando me hablaron de Akin, pensé, como será.
Lo conocí, pude sentir el olor a limpio, la voz amable, profunda, sus pasos pesados y seguros.
Ayer se acercó para saludarme con sus manos suaves y fuertes, perdí el equilibrio, me fui al suelo, estúpidas piernas.
Sus enormes brazos me recogieron con firmeza y suavidad, un lento movimiento me recompuso nuevamente en mi sitio.
Cuando no estamos en la calle, me habla de su país, los animales corriendo libres por la pradera, un cielo azul.
A veces me hecho un sueñecito escuchándole.Mañana es su cumpleaños, le compré un colgante de esos que tanto le gustan.
Ellas me dijeron, es negro no te importa, que va, el futuro es negro, y ademas gay.
Le habéis preguntado si llegó en patera, que estupidez es esa, pero si es verdad, la ultima vez le pregunté como desembarco en España.
Eso importa me dijo, ayer se marcho sin llevarse el colgante.
Hoy ya es la hora, espero ansiosa que suene el timbre, le pediré que me lleve a los Sanfermines.
LA RABIA
Ariadna Garcia Molero
Hace calor y un enjambre de moscas verde brillante revolotea sobre mi cabeza. Reposa ante la cornisa de la ventana, mi madre ya sosegada, tras varios días acongojada por el murmullo festivo que aclaman las calles. Aparece por la puerta el abrevador nuestro, Miguel, un ser engarbado que nos refresca por las mañanas con un automatismo casi misterioso. ¡Ay Campanero!, ¡Hoy es tu día! -Tararea con cariño la misma melodía de siempre.
Con legañas melosas en los ojos despierto a trompicón. Suenan voces humanas femeninas cantando Jotas más allá de la plaza exterior. El amigo de mi padre me choca esos cuernos con vehemencia para animarme. El encierro ha comenzado y nos hacen salir de los toriles todos juntos por una calle estrecha llena de seres de blanco que revolotean ansiosos y otros nos observan como aves desde los balcones.
Corro feliz siguiendo a mis amigos en este día de sol. Tropiezo varias veces con los corredores que nos bloquean el paso. Parecen nerviosos, gritan y se suben por la paredes como arañas. Son muy divertidos y extraños estos humanos, ojalá vinieran más a menudo. Aunque no son como el Señor Miguel que nos quiere mucho, quizá tienen la rabia, como su perro Fermín.