SIETE DE JULIO
Raul Alberto Mazzeo
Mientras preparo café pienso en una caja guardada en un armario. La bajo del estante mas alto, quejándome de los dolores de viejo. Los que no nunca imagine tener. Cuando creía que la vejez era algo que le sucedería a otros.
Abro la caja y un aroma dulce me envuelve. Voy pasando las fotos de mis hijos de pequeños, la de la mujer que supe amar y que ya no está. Un joven en motocicleta en el que casi no me reconozco. Y, al fin, las que buscaba.
Una taberna con un grupo de jóvenes sonrientes con vasos de cerveza; un joven de camiseta blanca y pañuelo rojo sonriendo; una bellísima morena de cabello largo haciendo morisquetas a la cámara. Y las imágenes de toros, la mayoría movidas, fuera de foco. No los toros de mi pampa, gordos y cuadrados. Toros con cuerpo de fisicoculturista. Una instantánea del mismo joven sentado en una camilla con la cara ensangrentada, sonriendo con el brazo doblado en gesto de fortaleza.
Es siete de julio, la morena se ha ido y no regresará. Pronto iré tras ella. Cuando escuche el chupinazo y recuerde que es hora de volver a ser de feliz.
SAN FERMIN
Carlos Del Rosario
San Fermín
Diaforesis, taquicardia y la ansiedad de principiante a la espera del estallido que daría libertad a las emociones encontradas en mis adentros.
Sentí su mano en mi hombro…
__Tranquilo , solo corre.
Hace ya más de 20 años desde ese día; sin embargo, mírame aún participando en los encierros de San Fermín. Lo harás bien mañana.