XI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


DE TIEMPOS Y COLORES

Guillermo César Fernández

Te sudan las manos…
Mirás tu reloj. Faltan 5…
Calma tensa. Deja Vú?
La redundancia estadista de los hechos. La misma que precede una guerra, la misma que precede la tormenta…
Y la nena flamea la bandera…
Te parás. Te sentás. Empujás, querés entrar…
Y si los vaticinios de alguien se hicieran realidad?
No, no puede ser. Le demos la derecha a la lógica…
Pero no, sabes que no es así. En esta dimensión hace rato que la lógica es ilógica…
Y alardeás que Dios no existe. Aunque en ese momento, en esa pequeñísima brecha de tu vida, querés estar equivocado…
Y te palpita el corazón. Es blanco. Y mirás el reloj. Faltan 2…
Se diluyen las viejas preocupaciones y llegan las nuevas… Se recuperó Francisco Rivera Pérez?
Y vos combinás y él combina. Una pizca de glamour popular. Un poquito de Idilio visual…
Y el del la derecha es abogado. Y el de la izquierda es arquitecto. Puras ilusiones letradas. Acá son uno más…
Te sudan las manos…
Y te palpita el corazón. Es rojo…
Y ya no hay mas tiempo. Estás en el encierro… 

¡CORTEN!

Ariel Eduardo Garcia Rogel

Hace fuerza contra el piso y su bestial armadura se impulsa irrefrenable. Suda, bufe, brama. Extraordinario avanza. El rojo de los pañuelos salpica los cuerpos que tocan sus cuernos. Una joven siente el calor de sus fauces en la oreja. Es erótico hasta el temblor.
La muerte es erótica. La acción y la rendición.
De pronto, alguien desde el balcón grita más fuerte y detiene la escena: ¡Corten!
Yo recuerdo que es un set de filmación y tus uñas en mi carne; el carmín de tus labios; tu boca que se abre; mi aliento en tu oreja; el húmedo calor. Ahora que te perdí, el color de tus labios sigue hiriendo mi pecho, piel adentro.
El escritor sabe que es director de su historia, pero cuando se vuelve personaje queda a merced del lector.
Usted busca el punto final para sentir el placer de sentarse fuera de la escena y ser Dios. Anhelo que encuentre algún error.