SAN FERMIN EN VEN
Iñaki Garriz Larrea
5 de Julio por la tarde, ya de vacaciones. Vispera de inicio de fiestas, Eneko se puso a evocar su niñez, recordando cuando su aita le hacia madrugar para ir a ver el encierro a la plaza de toros con unos albaricoques como desayuno para hacer más amena la espera. A los pocos años su aita fallecio y no pudo acompañarlo nunca más al coso taurino, pero la semilla sanferminera corria ya por sus venas. Los nervios antes del inicio de fiestas, los pelos de punta al escuchar la aurora a San Fermin, los momenticos y momentazos vividos con la cuadrilla en todos estos años de juergas y risas inolvidables. Se preguntaba Eneko como hubiera sido su vida si su aita pudiera disfrutar ahora de sus nietas y viera como San Fermin corre por sus venas. Seguro que estaria orgulloso de ver como se transmite de generacion en generacion. Es algo dificil de explicar, pero muy bonito de vivir. San Fermin maite zaitut.
YA NO ERES UNA NIÑA
Miguel Uriz Tirapu
Después de pasar una temporada en Liverpool estudiando música y entrando en su escena artística, pensé que sería una buena idea ir a Pamplona por San Fermín. El plan era claro, invitaría a Nick, Joe y Fraser, músicos que había conocido allí, e intentaríamos sacar un poco de dinero tocando en algunos bares de la ciudad. Aterrizamos el cinco de julio en Pamplona y fuimos a ofrecernos a distintos locales. Conseguimos enseguida sacar algunos conciertos. Al día siguiente nos emborrachamos como cubas. Recuerdo que Fraser, el batería, me dijo: “No sé que lleva el vino navarro, pero es el mejor del mundo”. Sin darnos tiempo a pasar por el hostal tuvimos que ir directos a tocar. El ambiente en el bar era inmejorable, y parecía que a la gente le gustaba lo que hacíamos. Cuando Fraser dio la entrada para tocar “I Want You” de Bob Dylan, miré al frente, y de pronto me percaté de que ella estaba allí, y ya no era una niña. Yo le sonreí y ella también lo hizo. No sé si existe el destino, pero tengo muy claro que el paso del tiempo nos hace enfrentarnos a aquello que dejamos pendiente. Después del sábado siempre llega el domingo.