XI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


ALLÍ ESTABA

Inma Etxarri Sucunza

Allí estaba
Y no era irreal
Decían , contaban , susurraban
¿Existe la magia de San Fermín?
Entre música, dantza, bullicio , alegría, abrazos y emociones
De repente el murmullo se silenció y entonces y como si se tratase de la primera vez:
EXPLOTÓ
Gora San Fermin! GORA / Viava San Fermín! VIVA
En medio de la plaza el placer sin igual, la experiencia siempre contada y nunca sentida nació en mi corazón.
La magia de San Fermín existe
Y allí estaba yo
 

PASTOR

Manque Medina

Salió de madrugada para estirar y entrar en calor. No pegó un ojo en toda la noche y todavía tiene el regusto del café en la boca. Su taita le dijo que corriese como carnicero, con un ojo adelante y otro atrás. Al mozo se le infla el pecho de pensar en honrar su linaje.
Su garganta todavía está vibrando del último “¡Viva! ¡Gora!” cuando siente el chupinazo.
Escucha el trepidar como un coro de timbales y ve a los toros entrando en la curva, empieza la corrida. A su costado caen los mozos que ruedan y se escabullen bajo las vallas. El corre al lado del toro primero, imponente de ojos retintos. El animal va arrebatado, sus pezuñas rebotando en el adoquinado, ladeadas. Él le sigue el trote y posa su mano sobre el lomo. Casi llegando al ayuntamiento el animal resbala y ambos se van a pique, el mozo rueda sobre el toro y queda tendido en frente de este. Mientras el animal se levanta enardecido y él se encomienda a su santo, escucha el tirón en el rabo y alcanza a rodar hacia un costado de la calle. Atrás el pastor le sonríe. El pastor cuida a su rebaño.