XI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


DE POTE, SUDOR Y GRASA

Luis álvarez Atarés

¡Cuánto tiempo sin vernos! Por un momento pensé que te habías olvidado de mí. Aunque sé que siempre vuelves a buscarme. A sacarme del ostracismo para recuperar mis días de protagonismo y gloria. Todos los años. Puntual. Contento con un lavado rápido que no logran quitar viejos restos de antiguas batallas. Llega la prueba de fuego más temida: ¿te sigo sirviendo? Superado. Seguimos juntos ¿por muchos años? Todo tiene un final pero “que me quiten lo bailao”. Allá vamos. Esquivamos los primeros ataques. Sé que es inevitable y forma parte de la lucha: me resigno. Un manchón de tomate por aquí. Un riachuelo de vino por allá. Del blanco impoluto paso al mimetizado de fiesta. Traje de luces, incluso. Del planchado liso a la arruga que es bella. Pote, sudor y grasa llego con dignidad al estallido del mediodía. Esto no ha hecho más que empezar. Una prueba de fondo a la que estoy acostumbrado. Buen calentamiento para las 204 próximas horas. Pisotones, roces, manchas, enganchones y lavadoras. Soy un veterano en estas lides. Que sarna con gusto no pica.  

DÍA 8

Fernando Astrain Abadia

“Primer encierro multitudinario y rápido”. “San Fermín, protagonista de emociones contenidas en la procesión”. “Gigantes y Cabezudos, deleite de pequeños y mayores”. “Los jinetes navarros, triunfan en la Monumental con calor sofocante”. “La Pamplonesa estrena su Centenario con las primeras Dianas”. «Una ciudad invadida por el turismo, ocupan al completo hoteles y hostales». “Osasuna ya prepara la nueva temporada en Primera División”. «El Tour de Francia se viste con pañuelo rojo». «Las barracas colapsadas en su nueva ubicación». «Terrazas y bares, refrigerio de la fiesta en la calle». “La colección de la Vuelta del Castillo iluminó con notable composición, colorido y tronador ruido la noche donde hizo acto de presencia el viento Norte”.

Tras la lectura de sus titulares, voy enrollando el periódico poco a poco. Hoy hace fresco. El primer cohete ya ha sonado. El volumen del ambiente se eleva, se nota en la calle y en los atestados balcones. Las puertas de los corralillos de Santo Domingo se habrán abierto. Beso la imagen que llevo colgada en el pecho, elevo por un instante la mirada al cielo y espero impaciente escuchar el segundo para dar comienzo una nueva carrera ilusionante donde siempre, en el número setenta y uno de la calle Estafeta.