DESAYUNO
Pilar Calvo Lou
En mi más que trasnochada treintena son muchos los hábitos que he ido adquiriendo y olvidando, muchas las manías que me hacen exclusiva y suponen un reto para el valiente que quiera convivir conmigo. Sin embargo, hay una costumbre que todavía mantengo: escuchar la radio por la mañana. Cuando era pequeña, por obligación: mientras mi madre preparaba ese desayuno que nunca lograba terminar, junto a las galletas, el viejo transistor vomitaba noticias. Hoy, por voluntad propia, para conocer la previsión meteorológica y evitar una crisis de armario.
Durante tantos años, han sido muchas las voces de esas “últimas horas” y diferentes sintonías que cambiaban cada septiembre con la vuelta al cole. Todo invariable de lunes a viernes excepto los primeros días de julio. Todo giraba en torno a la retransmisión en directo de los encierros. Estábamos de vacaciones y mientras tomábamos nuestro “ColaCao”, mi hermana y yo, los veíamos por la televisión canturreando solemnemente. Ahora sola, también los sigo. No sé si es la tensión o los recuerdos que vienen a mi cabeza. Pero estoy como ausente. Y solo me doy cuenta de que he perdido la noción del tiempo cuando oigo el café saliéndose de la cafetera. Y pienso en aquel ColaCao.
15 DE JULIO
Carol Zabal
Pensó que seguía de fiesta pero entonces tocó su cuello desnudo y recordó que había acabado.