TOCA BAILE EN LA ESTACIÓN
Monica Gonzalez
– ¡Braulia, Braulia!
Toko – toko me llamaba alterado. Me acerqué a él y le vi muy acalorado.
– ¿Qué pasa? – pregunté.
Me contó que había oído rumores de que este año no habría sanfermines. Me pareció raro y no le quise dar mucha importancia, pero días después nuestro alcalde vino a confirmarnos nuestros miedos: este año no habría salidas desde la estación o desde el palacio Ezpeleta, “momentico” en el atrio de la catedral… nada de nada. Pero esto no debía bajarnos los ánimos, sino todo lo contrario… ¡teníamos que encontrar otra manera de celebrar a nuestro patrón!
Nos pusimos a pensar entre todos qué hacer para evitar que niños, y no tan niños, se quedaran sin ver a sus queridos gigantes.
Y hoy, 7 de julio, estoy feliz. Seguimos sin salir de la estación, pero nos han dejado recibir a todos los que vienen por aquí. Así como hacen con los Reyes Magos y el Olentzero, los niños se acercan con sus padres a saludar. De riguroso blanco y rojo, con su pañuelico, faja y mascarilla, nos hacemos una foto y les damos caramelos.
Son unos sanfermines diferentes, pero llenos de alegría y optimismo. ¡Viva San Fermín! Gora San Fermín!
PROTAGONISTA AUSENTE
José Bernardo Eguiluz Ramos
Tic…Tac…Tic…Tac, reloj maldito te has detenido, como has podido ultrajar mí libertad contenida en pañuelos de sequía, has dividido al más fiel seguidor como ninguna guitarra española, como vuestra religión en mazmorras de tristeza, mal sufridos segundos pasados me hacen falta de fiestas, así ignotos del concepto Fermín, olvidado santuario de caterva en llamas de ira y franqueza, una arcana tradición es umbría al oriente empero el sentimiento brota de mí pecho, brota de pasiones más allá del juego, así todo volvemos al principio de la corriente más fuertes, más unidos por el corazón latente, corazón del protagonista ausente.
Aún se oyen lejanos los ecos…“Viva San Fermín, Gora San Fermín”, caídas las montañas agonizan en plazas vacías en cerraduras confinadas, !Oh Dios Mío! no me has advertido.
Tic…Tac…Tic…Tac, maldito reloj proclamaron una tregua a leguas pero mintieron a la estación venidera, fuiste una ruptura pasajera, una quebrada entre valor cansino atado al precipicio, ¡Vivo! Vivo en la memoria de jueces arrepentidos…