RECUERDO CADA AÑO TU NOMBRE
Albert Fatsini Plazas
Se cae la noche… y tú que no estás. Es siempre de noche. Aquella noche vacía en la que llenaba de sueños mi cama, de ti. De ti allá, aquí, en mí. Sí, pequeña. Siempre… sólo la noche. Hasta que llegas. Y pisas mi cuerpo y desnudas mis ojos. Y amanece. Se oye la música que dibuja el pasado. Bailas en tus nupcias… y lo celebras. Los vítores que se suman. Y mientras ellos ven tu alegría, ¿qué veo yo? Una gota de frío que se desliza por el jarrón de las flores marchitas. Difuntas… mañana. Y me preguntan: ¿qué es lo que has encontrado? Miedo. Miedo. Miedo. A seguir. A sentir. A no saber vivir. A callar. A morir. Porque… tú… dejaste ya de venir. Entonan el cántico… Y se oye el fogonazo de salida…
A veces, una ciudad nos hace vivir. Otras, nos ahoga y atrapa. Y otras, es el lugar donde recapitular. Aquí en Pamplona, en San Fermín… Muero donde empieza la vida. Vivo donde voy a morir.
Recuerdo cada año tu nombre.
CHUPINAZO
Sandra Claros
Estamos en la fiesta de San Fermin.
¡ que pena papá! .
Si, hijito. Pero mismo así tendremos el desfile en nuestra puerta de los alguacilillos y a los mulillas que van a desfilar con máscaras y van a hacer la vez de toreros con toros de mentira.
-¿ toros de mentira?
– si. Son policías disfrazados de toros, tapados con unas capas roja, de botines hasta la rodilla y, lo más importante : una máscara de toro con cuernos inmensos para darle un cuernazo al torero.
– ¡ cual los toros verdaderos de San Fermin!
– como recién estamos saliendo de la cuarentena, debemos cuidarnos aún, pero igual tenemos que honrar a nuestro bienhechor de alguna manera. Creo que va a haber un chupinazo para que lo veamos desde casa.
– ¡ hecho!
Y con los primeros acordes, salimos al balcón , y nos divertimos.
Esa noche, fuimos el padre y el hijo más felices del mundo, y sin miedo al fantasma de la cuarentena