SOÑANDO LA FIESTA
Ana Lizarraga
¡Cuanto más mayor me hago, peor duermo! Si ya decía mi madre, hija mía ¡parece que se te va la vida en éste día! Y tiene razón la mujer, llevo un año esperando ver a la cuadrilla con la que almuerzo el 6 de julio y tengo unas ganas de darles un abrazo de oso… De perderme en las calles de la vieja Iruña mientras la fiesta se introduce por mis venas y me embriaga, de ver a gente que hace un montón de tiempo que perdí de vista, de sentir el cariño de la gente que vive la fiesta como nos gusta vivir a los que nos emocionamos con cada momentico. Ya tengo ganas de verte Fermín, de hipnotizarme con esa mirada perdida que tienes, mientras te pido que nos protejas durante las fiestas. Un ritual que llevo años haciendo, porque creo que me da suerte.
Creo que tengo tantas ganas de que llegue el momento de escuchar ese cohete, que me niego a abrir los ojos y despertar de este sueño. Porque éste año será un sueño, pero no lo contaré a nadie, porque dicen que si los cuentas no se cumplen y yo sí espero que se cumpla… ¡Ya falta menos!
IMAGINARÉ
Mar Anzano Santamaría
Este año, viviré los sanfermines de una forma diferente. Los viviré desde mi imaginación.
El día 6 de Julio, imaginaré la Plaza del Ayuntamiento abarrotada de gente vestida de blanco, que a las 12 en punto se anuda el pañuelico al cuello tras sonar el chupinazo.
El estallido de la fiesta y, como la parte vieja de la ciudad, se llena de alborozo y bullicio.
El día 7 de Julio, imaginaré la procesión del Santo bajo la atenta mirada llena de ilusión de pequeños y mayores.
El baile de los Gigantes, mientras Zaldikos y Kilikis persiguen a los niños.
Las peñas, que con su música, animan cada tarde el tendido de sol, y tras la corrida de toros, a la ciudad entera.
Imaginaré cuando pase por la Taconera, los distintos puestos que cada año se instalan y donde se pueden encontrar multitud de productos artesanales.
Las casas regionales en la calle Bosquecillo.
Las orquestas amenizando las noches sanfermineras.
Y, cuando llegue el día 14 de Julio, imaginaré a las 12 de la noche, en la Plaza del Ayuntamiento, el Pobre de mí, me quitaré el pañuelico, y pensaré que el año que viene sí. El año que viene se celebrarán.