A QUIÉN CREEMOS
Angel Mari Andueza Martinena
Una mañana se enzarzaron desde sus balcones.
– Pero si este año no va a haber Sanfermines –dijo el del 1º.
– ¿Cómo que no? –contestó el del segundo.
– ¡Pues porque no!, -intervino el de la ventana de enfrente.
– ¡No tenéis ni idea y sois unos agoreros!, -sentenció el del tercero. Que no, que no os hagáis ilusiones, que a demás del tiempo que dure el confinamiento, luego no va a ser fácil volver a la normalidad y menos permitir agrupaciones de gente. Mirad, los chinos, que son mucho más listos que nosotros, después de tres meses empiezan a salir a la calle y tienen muchísimo cuidado con la gente que entra del extranjero. ¡Que os tenéis que informar, merluzos!, -insistió el del 1º.
– ¡Oye, a mí tú no me llamas merluzo. Por lo menos respeto…!
– ¿Respeto a ti?, -siguió provocando.
– Sí, a mí, ¿ya verás cuando nos veamos en la calle?
En esto tronó la voz de una vecina del 4º.
-¿Es que no sabéis lo que dice hoy la prensa? ¡Ya falta menos!, y ocupando media página, así que no se hable más y cada mochuelo a su olivo.
LA ESCALERA
José Luis Allo Falces
un peldaño más para ascender a la cima
ya son cuatro como cuatro tramos
que sofocan al llegar y todavía quedan tres
hay que ser valientes para llegar al último porque…
conforme asciendes miras lo que va quedando atrás
hojas del calendario que volarán sobre la memoria
hasta ir haciéndolas presente
comienzan los preparativos para acicalar la ciudad
los gigantes esperan impacientes a ser de nuevo
masivos protagonistas de unos días que vendrán
lo kilikis y zaldikos todos duermen sin dormir
esperan con los nervios en tensión que se acabe tan largo enclaustramiento
sólo piensan en infantes que llorarán y gritarán manifestando su alegría
los músicos poniendo al día sus variados instrumentos
todo sube una a una hasta alcanzar el séptimo ático
desde el cual ver a la ciudad de blanco y rojo gritando
con una sola voz ¡Viva, Gora San Fermín!