Certamen Escalera Edición 4º peldaño


COMPROMISO

Eduardo Sánchez De La Iglesia

Mi nombre es Manis pentadactyla, aunque todo el mundo me conoce como pangolín. Soy un pequeño animal que habita en Asia, y últimamente, me he convertido en protagonista involuntario en todo el planeta. Dicen que almaceno un bichito que está creando muchos problemas para los seres humanos, pero realmente, yo lo desconozco.

Mi vida es simple: me despierto, busco insectos para desayunar y después me entretengo dando un paseo por la naturaleza mientras encuentro una cama para pasar la noche. Sin embargo, existen personas que perturban mi paz, me persiguen entre la maleza porque piensan que soy muy bonito para tenerme de mascota, o incluso, porque comiendo mi carne se sienten más fuertes. Gente sin seso, no hay duda. No os equivoquéis, yo sé que soy un “sex symbol”, pero todo tiene un límite.

El caso, es que me gustaría disculparme por haber provocado este mal, pero creedme cuando os digo que no ha sido culpa mía. No os preocupéis, ya queda menos, y si vuestra fama como especie tan resistente es cierta, no tardaréis en salir de ésta. Además, me comprometo a colaborar, y a partir de ahora, prometo esconderme mejor para que nadie pueda encontrarme y así no provocar más problemas.
 

PRIMER ENCIERRO

Miguel ángel Peñuelas Ayllón

Las ocho en punto. Suena el primer cohete en Santo Domingo. Desde el balcón un mayor agita el periódico enrollado sentado en su hamaca. Segundo cohete, una mujer comienza a tender la ropa y en el piso de abajo un niño lanza la pelota que cae a la calle; un par de policías municipales con mascarilla suben la pendiente en su vehículo. Tercer cohete. En la plaza del Ayuntamiento algunos globos se arremolinan por el suelo. Una niña llora desconsolada; los toros se los van a explotar. En Estafeta ya no caben más corredores en los balcones; en plena algarabía unos saltan, otros brindan con cerveza en bote, todos van vestidos de blanco con su pañuelo rojo. Giran las reses por Telefónica mientras se entremezclan algunos acordes de música de las peñas con canciones de resistencia y series televisivas al fondo de los hogares. Los seis toros bravos, con sus seis mansos, se introducen en el callejón hasta la plaza. Cuarto cohete, fin del encierro. El gentío abandona lentamente los balcones con un ademán de saludo al de enfrente. Ya dentro de las casas, detenido el tiempo, a seguir limpiando muebles y hacer comida. Vuelve el silencio a las calles vacías. Mañana, segundo encierro.