XII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


SANFERMINES EN BLANCO Y NEGRO

Rubén Mina Pérez

6 de Julio del año 2020. Allí estaba Félix en su butaca ojeando el diario como de costumbre. Impulsado por el día y la hora, pidió a su mujer que le acercara el enorme álbum familiar.
Este era otro de sus entretenimientos. Como gustaba de ojear fotos viejunas y de antaño de sus tiempos jóvenes de jarana. Hoy la sección a buscar era claramente sin duda alguna los sanfermines.
La sección empezaba con una foto familiar, todos de blanco y rojo impoluto, antes de montarse en los taxis de Angelito y Cía que los trasladarían, desde Sada hasta la capital.
Otra instantánea, sacada desde un balcón de la Plaza Consistorial, mostraba la fachada del Ayuntamiento con una plaza ya abarrotada de mozas y mozos esperando el inicio de las fiestas.
No podía faltar la foto tradicional de la Procesión con San Fermín como protagonista.
En otro retrato aparecía una de las hijas del matrimonio “La Perdigana” con su cara de avispa llena de felicidad montada en un caballito del tiovivo.
La última el pobre de mí.
Félix sumergido en aquellos maravillosos recuerdos, alzó la copa de Palacio de Sada para brindar.
Porque este año los sanfermines también los viviremos. ¡Viva San Fermín!
 

QUIZÁ

Magaly Fernanda Ponce Cadena

Una fecha, un día, un país.
La visita un extraño que quizá haya llegado para quedarse.
La incertidumbre, el miedo, el dolor la invade. Se abraza a la almohada, cierra los ojos e intenta soñar.
Busca en su memoria momentos bonitos que le hagan olvidar.
Se ve entre la gente, entre el ruido, entre jotas y bailes.
Mira los ojos de ilusión de los niños ante la grandiosidad de un gigante, siente el cantar de los tambores y se contagia de alegría.
Volvió al 8 de Julio de 2007.
Una fecha que esta tatuada en su alma.
El día, mes y año donde se encontró a sí misma.
Donde decidió levantar la cabeza, vestirse de lienzo, quitarse el pañuelo de los ojos y ponérselo en el cuello. Como símbolo de orgullo, amor y libertad.
Instantes que le devolvieron la ilusión, la voluntad de dar el primer paso, de elegir, de abrir la puerta y salir.
Desde ese día tiene un profundo sentimiento de fe, lealtad, encuentro y pasión por sus fiestas.
Despertó con una sonrisa y pensó;
Que quizá y solo quizá, este extraño sea la excusa perfecta de poner el contador a cero y empezar de nuevo.